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Cita musical en el Fòrum

Antònia Font inunda de alegría y emoción el Primavera Sound

El grupo mallorquín abrió en el festival su gira de reunión presumiendo de ‘hits’ surrealistas y de la madura cosecha de su nuevo álbum

Antonia Font.

Tras el incansable desfile, desde el pasado fin de semana, de figuras de relumbrón internacional del calibre de Nick Cave, Lorde, The Strokes, Dua Lipa o Gorillaz, el Primavera adoptó otro color este sábado, al caer la tarde, con la entrada en escena de un joya destinada, sobre todo, al gozoso y orgulloso autoconsumo, Antònia Font, estrenando su gira de reencuentro. Una estrella autóctona colándose con toda autoridad en la última jornada de esta duplicada 20ª edición del festival, cuya parrilla ofrecía, en horario de madrugada, a atracciones como Jhay Cortez, Phoenix o Megan Thee Stallion.

Con Antònia Font, la lengua catalana en su versión mallorquina se hizo oír con toda su poesía ensoñadora en uno de los escenarios gordos, el Estrella Damm, luciendo los hitos de una era y hasta seis canciones del nuevo álbum, ‘Un minut estroboscòpica’, el primero que el quinteto publica en una década. El grupo había anunciado un concierto de repertorio antológico, y así fue, si bien empezó por el tema titular del nuevo disco, durante cuya introducción fueron aplaudidos los músicos uno a uno tal que hijos pródigos. Joan Miquel Oliver, más risueño de lo habitual, y un Pau Debon en el papel de su vida, encabezando al único grupo del mundo capaz de sacarlo de sus quehaceres de ciudadano discreto y hacerle cantar (y muy bien, como siempre). 

El otro 40% de público

El mundo de Antònia Font abarca tonadas juguetonas, prospecciones emotivo-filosóficas y algún que otro experimento, y de todo ello hubo en el Fòrum. Esos asistentes mayormente autóctonos (el otro 40% del Primavera, que también existe) pudieron deleitarse con los estribillos gimnásticos de ‘Me sobren paraules’ (segundo tema de la sesión) y ‘Wa yeah’ (en el tramo final del ‘set’), y cerrar los ojos para recordar cómo en su día fueron capturados por esa mágica crónica de la soledad llamada ‘Dins d’aquest iglú’ y por su reverso, la plenitud compartida de ‘Alegria’. Y evocar las peripecias de ‘Armando Rampas’ y el ‘Astronauta rimador’, con sus furiosas rimas rapeadas. Entre los 21 temas del concierto hubo citas a todos los discos excepto al primero, incluyendo una incursión en el osado ‘Vostè és aquí’ (2012), el de las micro-canciones, con el texto ‘a cappella’ de ‘Cartes a Ramiro’. 

Vibraciones arriba y abajo

Entrecruzándose con los clásicos, las novedades: el homenaje al discreto escalador ‘Miquel Riera’ o las tribulaciones sentimentales de ‘Amants perfectes’ y ‘Una deixona de pols’. Antònia Font, exhibiéndose con aplomo, en una versión más madura, hablándonos en presente y desmarcando este retorno (que, tras pasar por Mallorca y Valencia, culminará en el Palau Sant Jordi el 15 de octubre) de la mera operación de ‘revival’. Debon, hombre de pocas palabras, habló en nombre del grupo cuando dijo que todos ellos se sentían “tan emocionats”. Vibraciones compartidas arriba y abajo del escenario, festejadas al final en la pista de hielo de ‘Calgary 88’, con vistas a Atlantis, y en una de las mejores canciones del nuevo álbum, ‘Venc amb tu’, que sonó como última declaración de adhesión a sus seguidores.

El guion de los escenarios grandes reservó algunas repeticiones de días anteriores, caso de Jorja Smith y Tame Impala, que volvieron a atraer a multitudes, respectivamente, con su neo-soul no tan ‘neo’ en el fondo, y sus especulaciones psicodélicas de línea clara. Y antes que ellos, un radiante pase con querencia sureña, el de Soleá Morente, acudiendo a su reciente álbum ‘Aurora y Enrique’, homenaje a la historia de amor que unió a sus padres, Aurora Carbonell y Enrique Morente. Ese don flamenco que le viene de cuna, con ángel y vocación intrépida, en una formulación finalmente pop, con cuerpo de baile y sobre bases electrónicas en números agitadores como ‘No pensar en ti’ (el tema que Carlos Berlanga y Nacho Canut compusieron para Raffaella Carrà, que ella ha grabado este año con La Casa Azul) y el número final, ‘Bailar conmigo’.

Redivivo art-punk

En otro registro, edificante pase, a ratos, de Yeah Yeah Yeahs, uno de los faros del recalentamiento art-punk neoyorkino de hace dos décadas, recuperado para la causa. Imperiosa ‘show-woman’, Karen O, domadora de flujos sónicos herederos del 77, si bien el pase adoleció de algunos momentos muertos, perdidos entre la verborrea y el ‘riff’ extraviado. Su enrarecido tema de estreno, ‘Spitting off the edge of the world’, ‘single’ de anticipo, de la mano de Perfume Genius, de ese nuevo album (‘Cool it down’, el primero desde 2013, edición prevista para el 30 de septiembre), abrió una sesión que no pasó por alto temas álgidos de su primera vida, como ‘Cheated hearts’ o ‘Tick’, y que incluyó escenas de cierto desvarío eléctrico.

Y en el escenario Cupra, anfiteatro frente al mar, otra apuesta de lenguaje sonoro muy asentado, la del grupo escocés Mogwai, renovando el repertorio respecto al pase que ofreció la semana pasada. Esta docta institución del post-rock, rock de vanguardia contemporáneo, dio una nueva vuelta de tuerca a su concienzudo juego de tensiones instrumentales, con puntos de anclaje en el álbum que lanzó el año pasado, ‘As the love continues’. Material de tortuoso recorrido, con pausadas introducciones dramáticas y dinámicas de alta densidad, en otra muestra música experimental para las masas que entronca con la tradición del Primavera. 

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