En el centro de la polémica marcha de Carmen Mola -en realidad, tres autores hombres- al Grupo Planeta, está una agente de Barcelona de origen polaco, Justyna Rzewuska, que en 2017 montó Hanska, una pequeña agencia literaria y de derechos audiovisuales que, según su web, cuenta como clientes con 25 autores. Precisamente, los tres más populares de ellos -la hasta ahora conocida como Carmen Mola; Antonio Mercero, parte del trío masculino que conforma a la supuesta autora, y Alaitz Leceaga- han pasado recientemente de Penguin Random House (PRH) a Planeta a través de jugosos premios, en lo que parece un episodio más de la guerra fría que los dos gigantes del libro en español mantienen desde hace años.

En este nuevo caso, el botín era muy goloso, porque Carmen Mola ha vendido más de medio millón de ejemplares de los libros de su trilogía y hay unos jugosos derechos audiovisuales para convertirlo en serie con los que también se ha hecho Planeta a través de su conglomerado Atresmedia. Un movimiento que justifica la inversión de un millón de euros, esa comentadísima dotación que tendrá el Premio Planeta desde este mismo año.

Justyna Rzewuska, en una foto de su página web. HANSKA

A Leceaga, que contaba ya en su haber con el premio Ojo Crítico y unas ventas aproximadas de 80.000 ejemplares de sus dos libros anteriores, Planeta le concedió hace algo más de un mes el Premio Fernando Lara de novela, con un valor de 120.000 euros, y acaba de publicar su título ganador, Hasta donde termina el mar.

Una cosa que ha hecho a muchos sospechar de estos últimos 'traspasos' de PRH a Planeta es que Rzewuska trabajó durante casi 20 años como directora del Departamento de Derechos Internacionales de Penguin Random House en España. Hay quien ha querido ver en estos movimientos algún tipo de despecho laboral, pero lo cierto es que desde ese grupo editorial sostienen que las relaciones con la agente son “excelentes” y quitan importancia a esta última marcha de uno de sus nombres estrella.

Los agentes se suelen llevar en torno a un 15% de los ingresos que estos generan, incluidos los premios

De hecho, fue la propia representante quien colocó a Carmen Mola en Alfaguara. Así lo recordaba en un artículo publicado en la revista online Zenda María Fasce, la que era su editora por entonces. “El 29 de septiembre de 2017, a las 8 y 26 de la mañana, apenas llegada a la oficina, recibí un mail de la agente Justyna Rzewska: ‘Te hago llegar una novela policíaca ambientada en Madrid que espero te guste’. A continuación seguía una descripción muy intrigante sobre la trama, y una aún más intrigante biografía de la autora: “Carmen Mola (Madrid, 1973) es profesora de universidad. Vive en Madrid con su marido y sus tres hijos. La novia gitana es su primera novela.”  

Una especialista de derechos internacionales

En el entorno de Rzewuska, que no ha querido responder a las preguntas de este periódico, la definen como “una persona que está muy preocupada por la creación literaria. No solo se ocupa de vender, como a menudo se dice de su gremio, sino que es muy cuidadosa con sus autores”. A pesar del éxito cosechado por las novelas de Carmen Mola en los últimos tres años, Rzewuska sigue teniendo la misma oficina y manejándose con el mismo cuidado y cercanía con el resto de sus clientes. Los agentes se suelen llevar en torno a un 15% de los ingresos que estos generan, incluidos los premios. De hecho, son ellos los que cobran de las editoriales, y los que después pagan a los autores.

Quienes la conocen dicen que Rzewuska tiene un gran olfato literario y que no es nada intrusiva con sus representados. También alaban su especial capacidad para negociar los derechos internacionales -su larga experiencia haciéndolo en Random la avala-, y que es muy efectiva en su trato con las editoriales, porque estas responden enseguida a sus propuestas, más rápido de lo habitual.

Desde el lado de Penguin Random House dicen que estas son cosas que pasan en el mercado literario. “Entendemos que los cambios de editorial son una posibilidad dentro de la propia dinámica del sector. Ha pasado otras veces y no tiene que ver con ninguna guerra”. Aunque algunas de esas fuentes también aseguran con cierta sorna que “Random descubre y construye autores de éxito y después Planeta se los lleva”.

Lo cierto es que Random también parece haber respondido a estos movimientos. Hace poco fichaba a Santiago Posteguillo, todo un superventas de novela histórica que comenzó publicando en Ediciones B -cuando el sello pertenecía al Grupo Zeta-, después lo ha hecho durante casi una década en Planeta -de hecho, Posteguillo ganó el Premio Planeta en 2018 con su novela Yo, Julia- y que ahora acaba de volver a Ediciones B, una marca que PRH adquirió en 2017. “Es el regreso de un autor al sello donde comenzó y del que nunca ha dejado de formar parte. Llevamos un millón y medio de ejemplares vendidos de la trilogía Africanus”, dicen desde su viejo-nuevo sello.

El enfrentamiento entre estos dos gigantes de la edición viene de atrás. Penguin Random House (PRH) es el mayor grupo editorial del planeta. Fruto de la fusión que se produjo en 2013 entre la división literaria del grupo Bertelsmann y de Penguin Books, posee más de 250 sellos en el mundo y consiguió en 2020 unos beneficios de 3.800 millones de euros. Sin embargo, hay una piedra en su zapato: en el del español, un jugoso mercado potencial formado por 591 millones de hispanohablantes, son segundos, por detrás de Planeta. A pesar de la progresiva compra de sellos emblemáticos y con importantes volúmenes de ventas -como Salamandra Alfaguara- a lo largo de los últimos años, no consigue desbancarlo. El Grupo Planeta es además propietario del conglomerado Atresmedia. En 2020 facturó 1.500 millones de euros, y se espera que los resultados de este año sean mejores.

Lo que muchos consideran una guerra se desató con el Premio Planeta 2019, cuando fueron dos autores emblemáticos de PHR su ganador y finalista, Javier Cercas y Manuel Vilas, y como consecuencia cambiaron de grupo. La historia volvió a repetirse con el premio del año pasado, una edición rara celebrada a medio gas en medio de la pandemia, y en la que fue finalista Sandra Barneda, la presentadora de televisión que también era una rentable autora de Random.

A Alfaguara y a su grupo, PRH, les queda el consuelo de que publicarán la cuarta novela de la ya tetralogía de La novia gitana, que se titulará Las madres, en la primera mitad del año que viene. Todavía, por tanto, hay una cantidad interesante por ingresar. Las guerras tienen sus víctimas, pero en esta por ahora los dos contendientes están muy vivos.