Cada policía local que ingresa en el cuerpo en Vigo debe pasar una prueba de fuego ante sus compañeros que, con el tiempo, acaba convirtiéndose en anécdota o incluso leyenda. Este episodio no falta en el libro “El precio de dos vidas” , la primera obra que escribe el agente Ismael Rodríguez

En él, el protagonista, Rafa, un joven policía que aspira a hacer el bien hasta que la vida real serpentea en su camino, es blanco de una broma de sus compañeros en su primer día de servicio. Rodríguez confiesa que la broma al protagonista no fue la que le gastaron a él, aunque su realidad gana a la ficción.

“Me mandaron a una vivienda de la calle Nicaragua del centro vigués por un problema de ruidos. Mi compañero me dijo que fuese yendo yo que él tenía que ir al baño. Timbré inocente y una señora me abrió la puerta para decirme que me estaban gastando una broma.Me dijo: ‘Este es un sitio muy conocido, es una casa de citas. Eres bienvenido’. Yo le dije que no, que era nuevo y que me habían gastado una broma y me fui”, comenta entre risas.

Aunque la novela no figura entre sus preferencias literarias –Ismael Rodríguez explica que se decanta más bien por la historia o las biografías–, el policía local de Vigo recibió a la musa y decidió ponerse a escribir el relato que acaba de publicar y que presentó ayer en el Verbum, en la ciudad olívica.

“Una noche de octubre del año pasado empecé a darle vueltas a un argumento que tenía en la cabeza desde hace tiempo. Decidí dramatizarlo un poco y cuando estaba en el enlace, le di una vuelta de tuerca al guión y así se creó ‘El precio de dos vidas’”, rememora el agente.

Sobre el fin que persigue con esta obra, indica que “quería ver cumplido un objetivo y que la gente pueda entretenerse. Creo que es divertido y recorre un poco la vida de la ciudad”, en la que él trabaja.

La historia arranca a finales de los 80 en la urbe olívica y finaliza en ella en 2006. “Para el lector vigués, puede ser bastante significativo leer el libro”, añade. En la obra, los personajes transitan de un Vigo de alto voltaje con peligros al acecho continuamente a una ciudad más sosegada como es en estos días.

“La evolución de la ciudad y del protagonista, Rafa, se debe tener en cuenta. Se ve cómo va mejorando la ciudad a lo largo de tres décadas y se ve cómo un personaje se va amoldando a las circunstancias que le van surgiendo hasta el punto de intentar salir airoso de un problema. En las primeras páginas, no nos imaginamos que pueda evolucionar a lo que finalmente llega a ser”, apunta.

Ismael Rodríguez aclara que el protagonista no es él aunque haya algunos detalles que coincidan como su nacimiento en Suiza de padres gallegos. “¿Tiene tintes biográficos la historia? En lo personal, sí; en lo profesional, afortunadamente, no y espero que no; de lo contrario, mal futuro me espera”, responde risueño.

También esclarece que las vivencias del libro no hay que creerlas al pie de la letra ya que es ficción la historia de Rafa, un policía que descubrirá su cara oculta.