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Diez razones para no perderse en el cine la película “Lúa vermella” de Lois Patiño

El filme se proyectará en gallego en una veintena de villas y ciudades españolas | Su fotografía, experimentación y la poética de su guion, principales bazas del largometraje

Captura de pantalla de uno de los fotogramas de “Lúa vermella”, de Lois Patiño. | // ZEITUN FILMS

“Lúa vermella” llega hoy a los cines. La última y esperada película del gallego Lois Patiño se podrá ver en 22 cines de 18 villas y ciudades españolas. En Galicia, se proyectará en los Yelmo Cines de Vigo, los Numax de Santiago, Seixo en Marín, Minicines Central de A Estada, entre otros. Más allá de nuestras fronteras, llegará a Barcelona, Bilbao, Lleida, Madrid, Majadahonda, Málga, Palma, Sant Feliú o Soria: Todo un logro para una cinta en gallego que respira por cada grano de la película la mitología del país. A continuación ofrecemos algunas pistas para explicar por qué se debería ver este filme.

El aval de premios. “Lúa vermella”, el segundo largometraje del vigués Lois Patiño –tras su aclamada “Costa da Morte” que triunfó en Locarno en 2013– cosechó este año la Biznaga de Plaza ZonaZine del Festival de Málaga, además del galardón a la mejor película del Festival Cinespaña de Toulouse. Su estreno fue en la Berlinale, pero también fue seleccionada para festivales como el Ficunam de México, Shanghái, FiCCI de Colombia o el IndieLisboa.Su periplo por festivales proseguirá hasta que acabe el año, si la pandemia lo permite.

Su historia. Las gentes de una aldea quedan paralizadas. El hito coincide con la desaparición de O Rubio, un experimentado buceador que ha rescatado 40 cuerpos de marineros desaparecidos. Se teme que una bestia lo retenga o lo haya devorado. Tras ser invocadas, tres meigas llegan al lugar. ¿Serán capaces de recuperar a El Rubio y de recuperar la normalidad en la aldea?

¿Qué hay de verdad? El filme es una metáfora de la relación entre el mar, la naturaleza, y sus gentes; y sobre la dualidad vida-muerte; pero el personaje principal es real. O Rubio de Camelle existe. Vieve en la Costa da Morte y ha rescatado a casi medio centenar de cuerpos de náufragos. Patiño conoció a este personaje a través de Jaione Camborda, la directora de arte y directora del filme “Arima”.

Una fotografía especial. Si “Costa da Morte” hipnotizaba en la pantalla grande por su magnífica fotografía, Patiño se vuelve a encargar también de este área en “Lúa vermella”. En esta ocasión, el paisaje vuelve a ser otro protagonista del filme, pero jugando más con las posibilidades de la luz y de la falta de ésta, abundando secuencias con un solo punto de luz mágico así como otras en la noche.

Cine experimental. No espere un filme palomitero. Es experimental. Como señalaba Patiño recientemente a este periódico “busca nuevos lenguajes cinematográficos”, “nuevas formas de narrar y mostrar. Exploro la experiencia temporal a través de figuras inmóviles ensimismadas en el paisaje. Procuro entrar en ese tiempo interior, de la conciencia, un tiempo suspendido”. ¿A qué tipo de público se dirige? “Al que desee ser sorprendido”, respondió.

Plasticidad en la imagen. A lo largo de su trayectoria, Patiño ha hecho de funambulista entre cine y arte. Este último largometraje es su culmen de plasticidad de la imagen. Los planos son auténticos cuadros, fotos, obras de arte.

Guiño a Galicia. En el metraje de “Lúa vermella”, se respira Galicia en todos los momentos. La historia está asentada en la comunidad, rodada en la zona de Lemos y Ribeira Sacra (Lugo) y Costa da Morte (A Coruña), a excepción de las imágenes subacuáticas que rodó Patiño en México. Todos los personajes son gallegos, sin experiencia actoral profesional previa. Es más, Patiño profundiza en la identidad gallega, en su mitología alrededor de los naufragios y del más allá (con Santa Compaña, la figa (el puño cerrado contra el mal de ojo) y meigas incluidos. Además, muestra obras de Urbano Lugrís. También invita a la reflexión medioambiental. Hasta ahí podemos hablar.

Reto actoral. Las actrices y actores no hablan a cámara. Se escuchan voces en off de los supuestos personajes que se ven en la imagen. La expresividad de los intérpretes manda.

Poesía visual y guión. Las imágenes de la naturaleza (mar, espuma de mar, árboles, árboles en visión nocturna en estrellas, caballos salvajes, niebla, lluvia...) son poesía visual pero también un guión cuidado, lleno de metáforas.

Novo Cinema Galego. Este año se cumplen diez del arranque del Novo Cinema Galego. “Lúa vermella” es una muestra de estas nuevas prácticas cinematográficas.

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