Mariola Membrives (Andújar, Jaén, 1978) irradia serenidad y esconde el perfeccionismo enfermizo habitual en la profesión de músico. Está a punto de grabar La Babilonia, su nuevo álbum, de creación propia, que saldrá en marzo de 2021, y que está inspirado en la mitología sumeria que está "apasionando" a la cantante. "Será un disco cañero, diferente a los que había hecho hasta ahora, muy minimalistas".

-¿Qué está ofrecienbdo en los directos de su actual gira?

-Un repertorio de clásicos. Un paseo desde la copla, el jazz, ritmos latinoamericanos, chanson. Clásicos de siempre con el acompañamiento del pianista Toni Vaquer. Y como es un momento tan raro, es un poco hacer algo que ya todo el mundo conoce.

-Y será la primera vez que actúe junto a Toni Vaquer?

-Hace mucho que quería trabajar con él porque lo seguía viendo su trabajo. Le tengo muchísima admiración. Habíamos contactado alguna vez y ahora se ha dado la oportunidad.

- El año pasado publicó "Lorca, Spanish songs" como una especie de revisión a su infancia.

-Al principio me lo pensé porque lo había hecho mucha gente y muy bien. Pero un amigo periodista me dijo por qué no hacía el disco que Federico García Lorca grabó con La Argentinita. Son las primeras canciones que recuerdo de mi madre y de mi abuela. Quería volver a esa infancia con el sonido de Marc Ribot, con ese sonido particular de guitarra que tiene. Era algo pequeñito que quería hacer y se lo dediqué a mi abuela. Y ha resultado ser un trabajo con buena crítica y con el que hemos hecho una gira preciosa con la banda en directo.

- Fijándome en sus trayectoria, Federico García Lorca es muy notorio en sus trabajos.

-Sí. Es que Federico parece que no fue una persona. Es como si no hubiera nacido en un año y hubiera sido asesinado en otro. Hay muchas heridas sin curar, sin cerrar en este país. García Lorca representa las heridas abiertas del montón de tumbas perdidas sin juicio justo. Eso también lo mantiene vivo. Igualmente, apartándolo de ahí, es un catalizador. Con Pep Tosar hicimos casi trescientas funciones de Federico García. Con Pep siempre hablábamos que en cada función la gente se levantaba llorando porque mucha gente tiene un bisabuelo muerto. Es la historia de España, de ese poeta inmenso y atemporal.

- ¿Por qué no se ha lanzado a hacer flamenco tradicional?

-El flamenco tiene una estructura y una forma bastante cerrada, y no soporto las estructuras así en general. Para mí la música es un espacio donde me busco y me doy los permisos de perderme. Tanto rítmicamente como armónicamente. Por eso me gusta juntarme con músicos como Marc Ribot o como Toni Vaquer ahora, o Masa Kamaguchi porque dan otra visión musical. Por supuesto, el flamenco lo respeto muchísimo y habrá un día que haré un disco formal, pero no es el momento todavía.

- Ha escrito la obra "La Reina Toro", un relato de la España de la Guerra Civil.

-Lo escribí del tirón. Casi ninguna palabra es mía, solo una carta del principio que se supone que escribió mi bisabuelo en la cárcel. Lo demás es de Max Aub y de José Bergamín. Es que Max Aub es muy fuerte, eh. Tiene que ver con la guerra y con cómo trataban a las mujeres en la cárcel de mujeres, que hay testimonios estremecedores. Y se mezcla con los textos de estos dos autores. Dos personas que amaban fuertemente a España como ente, pero que fueron exiliados. La Reina Toro todavía no la he estrenado. Necesita inversión para producirla.

- Ha admitido, en alguna ocasión, que ha tenido miedo a cantar, incluso pánico. ¿Es por eso que su carrera como cantante no ha sido desde joven?

- Totalmente. Para cantar tenía que estar en un lugar muy seguro, en petit comité. La primera vez que canté, ganando un concurso con 13 años, no sé lo que pasó ahí, pero tenía mucho pavor. En parte necesitaba contar algo propio. Y el arte dramático también me sirvió para aprender a contar una historia y apartarme un poco de aquello de que eres tú la que está ahí expuesta. Al final, tú simplemente eres una contadora de historias.