Cuando en 1998 'Clandestino' se convirtió en una canción omnipresente, capaz de llegar a públicos masivos, la viguesa Paula Herrero era una niña de unos cinco años. Probablemente más de una vez escuchase, aunque fuese de pasada, a Manu Chao cantar aquello de "mano negra, ¡ilegal!", pero aún le quedaba mucho para saber que lo suyo sería la música. Ahora, más de dos décadas después, Paula es conocida en el circuito 'reggae' del Estado como High Paw y acabar de publicar dos temas con el exlíder de Mano Negra.

'Fire inna streets' y 'Promiscuity' son fruto de una feliz coincidencia. La cantante estaba hace cosa de un año en Barcelona preparando un concierto de uno de sus proyectos, Women Soldiers, en el estudio de Chalart58, un colaborador habitual y que también trabaja con Manu Chao. Al acabar su ensayo, el productor le comentó que el músico franco-gallego se iba a pasar por el local y le invitó a quedarse. "¡Claro, encantada!", exclamó High Paw sobre la idea de conocer a uno de sus artistas de referencia cuando era más joven: "Plantó semillas en mi mente". Al rato de estar "musiqueando", Manu Chao la animó a hacer unas voces. "Ese día tenía mocos; yo soy muy exigente con el timbre, normalmente si no estoy perfecta no grabo, pero esa vez sería imbécil si lo rechazase", comenta.

Ella se quedó con la gran experiencia de compartir sesión con uno de los referentes de la música mestiza mundial, pero sin mayores expectativas. No habían trabajado sobre canciones cerradas como tal, así que ni siquiera lo contó demasiado por ahí, por eso de no defraudar. La sorpresa llegó muchos meses después en forma de regalo de cumpleaños: el 19 de junio, cuando High Paw celebra su aniversario, Chalart58 le contó que iban a sacar dos temas de aquel encuentro barcelonés. Manu Chao 'sampleó' las voces de la viguesa para estructurar los temas, en especial 'Fire inna streets', con absoluto predominio vocal de la cantante. Una canción, por cierto, que parece creada al calor de las protestas en Estados Unidos por el asesinato del afroamericano George Floyd a mano de un agente blanco, pero que es mucho anterior a estos hechos. "Por desgracia, hasta que desaparezca la policía, nunca estarán fuera de lugar este tipo de letras", apunta.

Las semanas previas al lanzamiento el propio Manu Chao contactó con ella para intercambiar ideas sobre el grafismo y los vídeos: "Todo el soporte visual también lo hace él". High Paw ilustra con este ejemplo el 'modus operandi' del artista, que desde su éxito masivo en el cambio de siglo optó por un perfil alejado de la gran industria del sector. "Había escuchado críticas sobre él, que si va de lo que no es, pero no me lo pareció para nada", expone la viguesa, que vio en él a un "apasionado de la música" ajeno a cualquier actitud de estrella. Facilitó su entendimiento la conexión gallega.

High Paw está notando la ola de repercusión de publicar junto a un artista de esa talla, con gente de todo el globo que se acerca por primera vez a su música. En cambio, apunta un fenómeno curioso: entre sus seguidores habituales no percibe que estos temas hayan tenido más impacto que cualquiera de los suyos. Cuestión generacional, quizás. Ella, en todo caso, está centrada en los pocos bolos que la pandemia está permitiendo --contesta a la entrevista desde Sevilla- y ya ultima el lanzamiento de un nuevo EP con los Elephants Yard.