Julia Wertz manifiesta en el prólogo de "Barrios, bloques y basura" (Errata Naturae), una relación tan apasionada como accidental con la ciudad de los rascacielos. Y es a partir de esa primera persona del singular desde donde este libro parte para describirnos Nueva York. No el Nueva York del turismo superficial, sino el profundo, la historia de una ciudad que en las detalladas y absorbentes páginas de este libro se muestra como un organismo casi vivo, mutante, en el que un hecho concreto va a reverberar en su futuro.

Wertz va a relatarnos desde la perspectiva de una investigación metódica un Nueva York amado y sentido, querido hasta en sus peores costuras (como Dead Horse Bay, donde puedes "disfrutar" de la "Playa Botella", de nombre suficientemente descriptivo). Un libro de forma tan sugerente como su fondo. ¿Es un cómic "Barrios, bloques y basura"? Porque a veces lo abres y lo que encuentras no se parece nada a la imagen mental que podemos tener de un tebeo. Pues lo será si esa es la voluntad de la autora, un cómic de parámetros elásticos, en el que cabe historieta convencional de aires gráficos propios del alternativo, con un dibujo espontáneo y algo naive en unas páginas de acabado sencillo (cuatro, seis viñetas más o menos regulares). Pero también meticulosas ilustraciones de edificios a toda página, o de calles a doble página, o de lugares en una época lejana contrastados con ese mismo lugar en años recientes (reflexión del cambio profundo de la urbe) y planos de pisos y casas (como la planta del 740 de Park Avenue como ejemplo de construcción residencial histórica de 1929, en estilo Art Déco). Ilustraciones contrastadas con largos textos explicativos de lenguaje muy directo, llano (¡que nadie piense en un tratado académico!). También se preocupa Julia Wertz de brindar al lector fotografías que documentan los hechos y lugares descritos, como los edificios y artefactos que aún sobreviven de la feria Mundial de 1964/65 o del cementerio de barcos de Staten Island. Un verdadero collage de estilos y formas.

Este libro de gran formato, se puede advertir por estas líneas, no se trata de una narración literaria. No relata una historia. Más bien nos cuenta muchas historias fundidas en un todo descriptivo. Tampoco podemos hablar para el caso de un cuaderno de viajes, las impresiones dibujadas de un artista viajero o viajado. Porque parte de investigaciones profundas sobre la historia de cada rincón y detalle de nueva York. "Barrios, bloques y basura" (convenientemente subtitulado "Una historia ilustrada y poco convencional de Nueva York") es más bien una declaración de pasión personal y subjetiva hacia una ciudad. Una declaración que nos fascina y descubre un NY inédito.