Con motivo del centenario esta semana del estreno de 'El gabinete del Doctor Caligari', película clave del expresionismo alemán, acude con facilidad a la memoria española aquella banda de la Movida madrileña capitaneada por Javier Urrutia que tomó prestado el nombre del filme de Robert Wiene: Gabinete Caligari.

Y es que, si el espectador amplía sus miras descubrirá que el cine no solamente se ha influido y retroalimentado a sí mismo -puede encontrarse al Wiene de 1920 en toda la filmografía de Tim Burton, sin ir más lejos-: la historia de la música popular del siglo XX es todo un mapa de relaciones imbricadas entre las disciplinas musical y cinematográfica.

En un breve recorrido podrían señalarse ejemplos de numerosas bandas que han tomado prestados títulos o nombres de personajes de filmes más o menos icónicos para dar nombre a sus conjuntos musicales.

En territorio español, numerosas bandas nacidas en las décadas de los ochenta y los noventa mentaron, en portadas, carteles y camisetas, a películas muchas veces radicales o estrambóticas, convertidas a día de hoy en obras cinematográficas de culto según ciertos sectores del público y la crítica.

De bandas como Los Guarriors, referencia directa a 'The Warriors', filme de 1979 de Walter Hill, a Fahrenheit 451, nombre del grupo y título de la obra literaria clave de Ray Bradbury que fue llevada al cine por François Truffaut, pasando por Greta y los Garbo, Séptimo sello o Los Petersellers, entre otros.

En territorio anglosajón, cabría destacar que uno de los grupos seminales de la historia del hip-hop, Enter The Wu-Tang Clan, tomó prestado su nombre de la película Shaolin and Wu Tang (1983), dirigida por el cineasta Gordon Liu.

La banda fundacional del heavy metal, Black Sabbath, también se bautizó a sí misma en base al filme de terror italiano homónimo de 1963, dirigido por Mario Bava y Salvatore Billitteri y protagonizado por Boris Karloff. Y el grupo Mogwai, por ejemplo, debe su nombre a la versión achuchable de los 'Gremlins', la icónica película de Joe Dante del año 84.

Por su parte, la banda de horror punk Misfits rinde homenaje con su título al último filme que protagonizó Marilyn Monroe, traducido en España como 'Vidas rebeldes'; del nombre artístico de esta actriz bebió asimismo el cantante Marilyn Manson, fusionándolo con el apellido del famoso criminal sectario.

Otro ejemplo relevante en la música de los ochenta sería la banda alemana de New Wave Alphaville, que apeló a la cinta francesa de Jean-Luc Godard, una distopía futurista de corte experimental ganadora del Oso de Oro en Berlín en el año 65, para otorgarse un nombre como formación.

Tan solo algunos ejemplos que demuestras que música y cine han caminado de la mano desde hace mucho, reiventándose mutuamente y aprendiendo a evolucionar en paralelo; dos disciplinas artísticas, la musical y la cinematográfica, que se articulan como dos caras de la misma moneda.