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Clara Lago: "Ir al cine es una experiencia ritual en la que compartes emociones con desconocidos"

"La irrupción de las nuevas plataformas es algo positivo"

Clara Lago, durante la presentación de la serie. // Marcos León

Clara Lago (Torrelodones, Madrid, 1990) pisó el escenario de los Goya, nominada a mejor actriz revelación por "El viaje de Carol", antes que el instituto. Desde que con nueve años se metiera por primera vez en un set de rodaje, el de la serie Compañeros, tuvo claro que en ningún lugar sería tan feliz como allí. Desde entonces, dos docenas de películas, entre ellas la más taquillera del cine patrio, "Ocho apellidos vascos", y su secuela, varias series y teatro hasta llegar, ahora, a trabajar por primera vez con la plataforma Netflix en la serie "El Vecino", junto a Quim Gutiérrez y a las órdenes de Nacho Vigalondo.

-¿Alguna vez se imaginó que haría una serie de superhéroes?

-La verdad es que no me lo había imaginado, pero porque siempre voy eligiendo los proyectos sobre la marcha. No pienso: "me encantaría hacer una película de tal o tal estilo", sino que siempre he buscado proyectos que me gusten, independientemente del género. En este caso fue así: ya desde que leí el guion me reí, volver a trabajar con Quim era un plus muy grande y trabajar con Nacho por primera vez, también. Y luego está Netflix, que es lo primero que iba a hacer con ellos y me apetecía mucho.

-¿Cómo es trabajar con Nacho Vigalondo?

-Ya me has visto. En cuanto abre la boca yo ya estoy partiéndome de risa, no puedo con él. Es genial. El ambiente que genera, que es algo súper importante, es muy bueno. Poder tener esa relajación, esa confianza, porque como es tan "sin filtro" ayuda mucho a congeniar. Tiene mucho sentido del humor, y eso es genial siempre, más aún cuando estás haciendo una serie de comedia. Es una mente brillante a nivel creativo, pero al mismo tiempo no tiene un gran ego de decir "lo que yo opino va a misa porque soy Nacho Vigalondo". Lo mismo que te dice una cosa, se la rebates y te da la razón. Está muy dispuesto a escuchar y cambiar su manera de hacer las cosas, pero como es brillante tiene muchísimo que aportar.

-Ha sabido no encasillarse, lo mismo hace comedia que drama.

-Sí que es algo que siempre he tenido claro que quería evitar, desde muy pequeña lo hablé con mi representante: huir del encasillamiento. He tenido la suerte de que siempre he podido elegir, porque cuando era pequeña mis padres solo me dejaban hacer una película al año. Es una mezcla entre tener muy buen asesoramiento por parte de mi representante y mis padres y tener la suerte de que la vida me haya puesto delante proyectos que no solo me apetecían, sino que me dieron la oportunidad de hacer distintos personajes.

-¿En qué cambió esa Clara Lago que empezó a la de ahora?

-Yo creo que ha cambiado en lo que sería el proceso de maduración natural de cualquier persona. Nadie es igual con trece que con treinta, es un proceso natural. Lo que no ha cambiado es la pasión que siento por esta profesión. Siempre lo digo, el set de rodaje es mi medio natural, donde yo me siento como pececillo en el agua y soy muy feliz. Eso me permite, nuevamente, hacer los proyectos que realmente me apetecen.

-También ha cambiado la industria, con la irrupción de nuevas plataformas como Netflix.

-Sí. Es algo positivo, pero el problema surge cuando te obligan a elegir y buscar el conflicto entre la forma tradicional de hacer las cosas y las nuevas oportunidades. Como todo en la vida, lo ideal es que puedan convivir todas las opciones, porque nos beneficia a todos. Por los ritmos que llevamos cada vez más frenéticos, que la gente tenga un acceso a la cultura por un precio asequible, que te da un contenido infinito, es estupendo. Eso no quiere decir que lo otro tenga que desaparecer. Son dos experiencias diferentes.

-¿A qué se refiere?

-Ir al cine conlleva para mí una experiencia que no es lo mismo que estar en tu casa. Por ejemplo, en términos de atención. En casa te pones un capítulo, lo paras para contestar un whatsapp, ves otros diez minutos, te levantas a la cocina? Aunque puedas hacerlo, el proyecto, desde el rodaje, no está pensado para verlo de esa forma, sino del tirón. El cine tiene algo de ritual, es un espacio más sagrado. Estás enfocado en una cosa, compartiendo unas mismas emociones con un montón de desconocidos, que es algo muy mágico también. Te puedes ver una comedia en casa, pero no es lo mismo que verla en el cine, con una sala llena riéndose a la vez. Esa energía se contagia. Son experiencias diferentes y tienen que convivir ambas.

-¿Hacia dónde va el futuro de Clara Lago?

-La verdad es que no lo sé. Estamos esperando a ver si hacemos la segunda temporada de "El Vecino" y, además, tengo pendiente de estrenar una película independiente que rodé en verano, que se llama "Crónica de una tormenta". Mientras tanto, estoy con cosas de la fundación "Ocho tumbao", que hacemos ahora una máster de ciclos solidarios y vamos a impulsar un podcast. Siempre que no estoy trabajando, aprovecho para hacer cosas con la fundación y para vivir, que también es importante (se ríe).

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