En un lugar privilegiado, la concatedral de la Colegiata viguesa, el artista Carlos Núñez (1971) hizo gala ayer de su arte. En la hora que duró el concierto se pudieron escuchar los temas que marcan la actual gira "Lugares máxicos". El músico estuvo acompañado del organista Laurent Felten (Luxemburgo, 1976) con quien ya había actuado en la iglesia luxemburguesa de Saint-Martin Dudelange el pasado mes de marzo.

El mismo público que protagonizó el "sold out" formó una cola que se extendía hasta la calle de Joaquín Yáñez. Entre las autoridades presentes se encontraban el vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, la actual delegada de Vigo en la Xunta, Corina Porro, el concejal del gobierno vigués, Santos Héctor y don Moisés, párroco de la Iglesia, que resaltó que el templo es "lugar de culto y de cultura".

Con un retraso de veinte minutos, el concierto fue precedido por un discurso en boca del director de la asociación que organizaba el evento, Alborada, una asociación ciudadana de lucha contra la droga: "Somos una mano tendida en actitud petitoria", afirmó ante las autoridades congregadas.

Cuando el concierto comenzó todavía no había huella del artista vigués. De esta forma el Cristo de la Victoria y los mosaicos de Santiago Padrós fueron los únicos protagonistas. La aparición de Carlos Núñez por la puerta principal y su avance por la nave central sorprendieron al público. El artista se mostró confiado y con las manos sosteniendo la flauta hacía gestos circulares que parecían encarnizar una lucha reiterada contra el viento.

La canción de apertura fue la cantiga número uno de Martín Códax, a las que se unieron piezas renacentistas como aquella del "Cancionero de Palacio", y otras más modernas como la "Irish march", de la época de Francis Drake, corsario inglés que fue responsable del robo de dos órganos vigueses, según relató Carlos Núñez durante el concierto.

El artista, que debutó en la música a la precoz edad de los ocho años, actuó en acústico y sin micrófono alguno. El lugar era especial. Desde que fue descubierto por la banda irlandesa, The Chieftains, Carlos Núñez ha tocado en América y Oceanía, y en las catedrales de Santiago y Mondoñedo. Sin embargo, nunca lo había hecho en la Concatedral de su ciudad natal, Vigo. Carlos Núñez se ha referido a la Colegiata como el kilómetro cero de Vigo por la panorámica de la ría que se contempla desde sus torres.

Sospecha el músico además que este lugar fuera el mirador desde el que la población galaico-portuguesa, subida en un atrio, pudiera haber bailado las danzas amorosas de las Cantigas.

Con tres años de recorrido a sus espaldas, la gira "Lugares Máxicos" pretende llevar la música hasta lugares llenos de historia como el dolmen de Dombate y Campo Lameiro que recientemente se rindieron a la música de este maestro de la gaita.

Próximamente, Carlos Núñez viajará al Festival Interceltique de Lorient, el mismo al que acudió por primera vez con tan solo trece años y que le valió el trofeo Macallan, que obtendrá los dos años siguientes. Sus próximas cirás serán en la Iglesia de Abades, Silleda (mañana), el parador de Santo Estebo de Ribas de Sil (día 25) y el Monasterio de Oseira (día 27).

El concierto finalizó con la Salve, tocada con la gaita, y unas palabras de agradecimiento hacia Alborada por la labor social realizada en estos últimos años en la ciudad olívica. Los aplausos fueron atronadores, resonando en el edificio sagrado tantas veces caído y otras tantas levantado sobre sus ruinas.