Cuando se cumplen, hoy, 10 años de la muerte del "rey del pop", en un momento en el que su figura sigue viéndose deslucida por escándalos relacionados con su faceta privada, conviene recordar cuán diferente habría sido sin Michael Jackson el mundo y la industria a los que entregó su vida y su alma.

Galardonado con 15 premios Grammy, el genio de Indiana sigue siendo considerado una de las grandes figuras de la historia de la música universal, con 350 millones de discos vendidos en todo el mundo. Gran parte de esas cifras de escándalo comenzaron con Thriller (1982), que, según el libro Guinness de los Récords, continúa siendo el disco más vendido de la historia y el primero que logró rebasar las más de 100 millones de copias.

Michael Jackson: Así cambió 'el rey del pop' el mundo de la música

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Pero la sombra de Jackson se extiende mucho más allá de los fríos datos. Musicalmente, sin ir más lejos, con el lanzamiento de Don't Stop 'til You Get Enough en 1980 fue uno de los grandes modernizadores del funk y la música disco en un momento en el que ambos estilos parecían agotados.

Aquel tema, uno de los tres que compuso para su quinto disco en solitario, Off the wall (1979), representó su salto a la madurez. "Fue el disco que convirtió la música negra en música para todos", recordaría Pharrell Williams.

Las esperanzas depositadas en él se confirmaron con el citado Thriller, que contenía el contagioso tema homónimo, impulsado por un videoclip dirigido por John Landis que reformuló completamente este género: contaba con espectaculares efectos especiales, una coreografía imitada hasta la saciedad y un desarrollo narrativo que rendía homenaje al cine de terror a lo largo de... ¡12 minutos! Su estreno en la cadena MTV cambió los modos de promoción de la música, que dejaron de estar puramente centrados en la radiofórmula. Para él desde luego tuvo una importancia vital y en 1987 lanzó otro hito audiovisual, el clip de Bad, dirigido por Martin Scorsese.

Parte del secreto del éxito de Thriller radicaba en su coreografía. Jackson se convirtió a base de esfuerzo en uno de los mejores bailarines de la industria de la música, si no el mejor, y acuñó movimientos propios, como el "moonwalk", que apareció por primera vez en el vídeo de Billie Jean (1983). En la misma línea y tras los pasos de David Bowie, creó una iconografía personal muy reconocible, no solo a través de un vestuario que bebía a menudo de la estética marcial y que mutaba según el álbum que promocionara.

Cuando publicó Bad (1987), Jackson también se convirtió en uno de los grandes colosos de la música en directo junto a Pink Floyd y U2 y contribuyó sobremanera a la mundialización de "tours" gigantescos.

Huelga decir la importancia que tuvo en artistas posteriores, véase Bruno Mars, Jason Derulo o Justin Timberlake. "Yo encontré mi falsete con Off the wall", reconoció The Weeknd, otro de sus más destacados pupilos.

Hasta el genio del reguetón, J Balvin, compareció en una ocasión con una camiseta de Michael Jackson, a quien definió como "una persona que fue muy criticada y finalmente aceptado por el planeta entero para hacer historia".