El apellido Berlanga es sinónimo de realeza cinematográfica. Y el nombre de Amador, uno de los personajes humorísticos más queridos -y reídos- de la pequeña pantalla de los últimos años. Ahora ambos se unen, pero cada uno con su estilo.
José Luis G. Berlanga, hijo del mítico Luis García Berlanga, dirige la película 'Viva la vida', protagonizada por Pablo Chiapella, una de las caras más reconocidas de la televisión y que encarna a Amador en la veterana serie 'La que se avecina'. Los dos presentan la cinta, que el viernes llegará a las pantallas de toda España.
La cinta está rodada íntegramente en València, con un elenco que completan intérpretes como Diego Braguinsky, Guillermo Montesinos, Laura Romero, Cristina Perales, Lola Moltó, Carme Juan o Ferran Gadea, y los diálogos alternan el valenciano y el castellano. «No sabía que iba a haber tanto en valenciano», dice Chiapella entre risas. «Imagínate mi cara cuando hicimos la primera lectura del guion y no entendía nada», explica divertido el actor, de abuelos y padres valencianos. «Pero el oído se me hizo enseguida y ensayé muchos mis frases en valenciano», explica.
La decisión de rodar en València la tuvo siempre clara José Luis G. Berlanga. «Tengo varias historias que se desarrollan en València, soy muy provalenciano; me gusta enseñar mi ciudad», reivindica el director, quien, además, recuerda películas «mediterráneas» de su padre como 'Calabuig'.
Humor en la sangre
Es inevitable hablar con él del creador de obras maestras como 'Plácido' o 'El verdugo'. Tampoco hace falta preguntarle. Se nota que lo tiene siempre muy presente. En sus obras y en su corazón. «En mi casa el humor es genético, va en la sangre», asegura sobre cómo el humor sirve para «endulzar la medicina» o dramas como los desahucios, punto de partida de Viva la vida. «Mi padre era un genio porque 'El verdugo' es una película donde una persona hace lo más terrible: matar a alguien por necesidad, y mi padre lo hace con humor. Él sí era un genio, yo solo he hecho una película en la que espero que la gente se lo pase bien», dice para añadir que 'Viva la vida' trata «sobre cómo la crisis puede influir en una relación y cómo un hombre y una mujer se enfrentan de forma diferente».
Sobre el humor y su censura reflexiona sobre lo que pensaría el gran Berlanga: «Mi padre, que era un ser libre, estaría horrorizado con los límites impuestos al humor, de cualquier ideología». A su padre dedica algunos detalles -o simplemente le han salido de forma natural- de la película. El protagonista de 'Viva la vida' se apellida Palomero, apellido habitual de los personajes secundarios de su padre, y las rocambolescas historias de estos en su película tienen el sello de la familia. «Pero he ido más en la línea del cine de francés», se apresura a matizar.
Por su parte, Pablo Chiapella explica que la película «cuenta que si tienes amor y gente que te quiere no hace falta nada más». Sobre su personaje, Juan, señala que «tiendo a generar mis personajes acercándomelos mucho a mí, intento comprender sus circunstancias, pensar que me está ocurriendo a mí». Además, añade que «quería alejarme de Amador porque no tenía nada que ver».
Respecto al personaje que tanto éxito le ha reportado («ya no puedo ni ir a la Feria de Albacete por la que se monta cuando me ven»), explica que «desde hace unos años intento elegir mis proyectos si están alejados de Amador. Me llegan propuestas que digo '¡si este es Amador'!.... Entonces digo que no». Pero que nadie piense que Chiapella está harto del vecino de Mirador de Montepinar. «Le quiero mucho y lo quiero enterrar yo. Acabar con él cuando acabe la serie por lo mucho que me ha ofrecido y porque es un personaje muy mío. Le debo mucho», asegura.
