Un juez federal en EE.UU. decidió que el museo español Thyssen-Bornemisza es el legítimo propietario de un cuadro del pintor francés Camille Pissarro robado por los nazis a la familia de los Cassier, que llevó el caso ante la Justicia estadounidense.

El cuadro en cuestión, "Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia", perteneció a la familia judía Cassier hasta 1939, cuando Lily Cassier tuvo que deshacerse de él para huir de la Alemania nazi.

Tras pasar por diversas manos pasada la Segunda Guerra Mundial, el Pissarro fue adquirido en 1976 por el barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza y en 1993 por el Gobierno español como parte de la compra de su colección privada.

En su fallo de hoy, el magistrado, John F. Walker, con tribunal en California, consideró que el barón Thyssen no actuó "de buena fe" cuando adquirió el cuadro en 1976 al no verificar qué sucedió con él durante la Segunda Guerra Mundial pese a los indicios de que pudo estar en Berlín.

"El tribunal considera que (en el momento de la compra) había suficientes circunstancias sospechosas o 'señales de alerta' que debieron haber llevado al barón a realizar consultas adicionales sobre el título del vendedor", apuntó el juez.

Pese a esa consideración inicial, el magistrado concluyó que el Gobierno español y la fundación pública Thyssen-Bornemisza, que gestiona el museo, sí actuaron de buena fe al adquirir la colección del barón en 1993.

El juez indicó que bajo la legislación española, al no considerar al Thyssen como "encubridor" de una compra de mala fe, este posee legítimamente el cuadro.

"Es indiscutible que los nazis robaron el cuadro", dijo el juez, al indicar que bajo ley estadounidense "los ladrones no pueden transferir títulos de propiedad a nadie, incluidos compradores de buena fe".

Esas leyes, añadió, "no aplican en este caso, en cambio el tribunal debe aplicar la legislación española y, bajo legislación española, la Fundación Thyssen-Bornemisza es la propietaria del cuadro".

El juez, no obstante, indicó en su fallo que bajo los Principios de Washington sobre arte confiscado suscritos por España en 1988 y la Declaración de Terezín suscrita en 2009, existe el deber "moral" de devolver el cuadro a los Cassier.

"La negativa de la fundación a devolver el cuadro a los Cassier es incompatible con los Principios de Washington y la Declaración de Terezín. Sin embargo, el tribunal no tiene otra alternativa que aplicar la legislación española y no puede forzar a España o a la fundación a cumplir con sus compromisos morales", concluyó Walker.

Uno de los abogados que apoya a la familia Cassier explicó a Efe que están estudiando presentar un recurso a la decisión ya que consideran "incoherente" que el juez considere que España compró el cuadro de "buena fe" cuando existían las mismas "señales de alerta" que cuando lo hizo el barón.

"Esto adquiere especial énfasis si se tiene en cuenta que la Fundación es un experto en la materia, por lo que tiene un deber de diligencia superior", dijo el abogado, Bernardo M. Cremades, Jr.

En diciembre de 1999 el nieto de Lily Cassier, Claude Cassier, descubrió que el cuadro de su familia, que creían destruido, estaba expuesto en el Museo Thyssen de Madrid e intentó en 2001 reclamar la pintura en España.

Como no tuvo éxito, acabó llevando el caso a la Justicia de Estados Unidos, donde reside.

Claude Cassier falleció en septiembre de 2010 a los 89 años y ahora son sus hijos los que mantienen vivo el litigio.