Apenas dos semanas después de recibir en préstamo el codiciado Stradivarius, Chiril Maximov llega a Vigo, su segundo hogar, para mostrar a los suyos y al público de la ciudad la música inigualable que surge del instrumento. Será esta tarde, a las 20.15 horas, en la sala reservada para música de cámara de Afundación. Organizado por la Sociedad Filharmónica de Vigo, el concierto mostrará obras de diferentes estilos y épocas interpretadas por el dúo formado por Maximov y la pianista Adela Liculescu, artista oficial de la marca oficial de pianos de cola Bösendorfer.

Como todas las piezas fabricadas por Antonio Stradivari, el que durante los próximos cinco años tocará Maximov tiene un nombre, 'Baron Oppenheim, Professor Exner'. Data de 1716, "el mismo año que hizo 'El Mesías', uno de los más caros del mundo y que está en un museo de Oxford. Era una época de oro, en esos veinte años, de 1700 a 1720 fue cuando construyó sus mejores instrumentos", presume el violinista, concertino en la Tonkünstler Orchestra de Viena y cuya familia reside en Vigo. Entre ellos su padre, Serghei Maximov, director del conservatorio Coppelia. "Para mí siempre es especial tocar aquí, porque conozco a mucha gente y quiero presentarme siempre de la mejor manera y ahora con este violín es mucho más fácil", afirma.

Por ello, a Vigo acude con frecuencia y en esta ocasión trae un regalo exclusivo. "Lo estrené el pasado viernes en Viena y llegué a Vigo el sábado, por poco tiempo, porque me vuelvo el jueves", explica el músico. Los primeros días con el instrumento no fueron fáciles, admite. "Es un honor y un placer tocarlo, pero al principio fue bastante difícil, porque los instrumentos antiguos tienen su propia historia y personalidad y tienes que acostumbrarte a él y conocerlo. Y él me tiene que conocer también a mí, pero ya vamos muy bien juntos. Es una experiencia muy chula", recalca.

El Stradivarius le ha sido cedido por el Banco Nacional de Austria por un periodo de cinco años, un privilegio al que pocos músicos pueden acceder. "Lo que puede hacer con el sonido es impresionante, da mucha seguridad a quien lo toca", añade, para acto seguido recordar que el instrumento exige unos cuidados especiales: revisiones periódicas de un luthier, evitar el frío o el calor, una humedad concreta... "Hay que tratarlo con mucho respeto, cuidado y amor", resume el violinista.

Para sacar lo mejor del instrumento contará con una compañera de excepción, Adela Liculescu, de nacionalidad rumana pero que reside también en Viena, donde acaba de finalizar la carrera de música. "Es una pianista fantástica, toca mucho como solista y da conciertos por toda Europa. Es un placer tocar con ella porque somos muy diferentes, pero musicalmente nos entendemos muy bien, así que espero que el concierto guste", concluye.