Inés Fernández Ordóñez (1961), Juan Luis Cebrián (1944) y Santiago Muñoz Machado (1949) son los académicos cuyos nombres "suenan" para dirigir la RAE, una decisión que podría ser histórica si el próximo jueves los miembros que tienen derecho a voto optan por la que sería su primera directora en 305 años.

Tal y como establecen sus estatutos, la decisión tiene que tomarse por mayoría absoluta en la primera convocatoria, con lo que si ninguno de los miembros que se voten el jueves obtiene la mitad más uno de los sufragios se pospondría al jueves siguiente, 20 de diciembre.

Ese día se volverían a proponer los nombres y si ninguno obtuviera la mayoría absoluta se procedería a una elección por mayoría simple entre los dos más votados.

"No hay candidaturas para ninguno de los puestos -también se elegirá al bibliotecario y al vocal segundo de la Junta de Gobierno-. Todos somos candidatos salvo los que tengan incompatibilidad", explica en una entrevista con EFE el actual director, Darío Villanueva, que anunció el pasado 6 de octubre su decisión de no continuar y no presentarse a un segundo y último mandato.

El día de la votación, aclara Villanueva (1950), los académicos -de los 46 solo 41 cumplen con la obligación de asistir a un mínimo de 12 plenos al año y por lo tanto tienen derecho a votar- pueden optar por quien quieran, es decir no hay candidatos oficiales.

Sin embargo, "en estos momentos" hay varias candidaturas "in pectore" y los nombres "que circulan" son los de Muñoz Machado, Cebrián y Fernández Ordóñez.

"Veo llegado el momento de que sea una directora, sin la más mínima duda. Inés es, además, la persona más joven de la Academia", señala Villanueva acerca de la posibilidad de que se haga historia en una institución que en 305 años ha tenido 477 académicos, de los que solo 11 han sido mujeres, un 2,31%, y jamás ha tenido una directora.

Precisamente, Fernández Ordóñez forma parte, junto a Paz Bataner, Pedro Álvarez de Miranda e Ignacio Bosque, de la comisión encargada de redactar un informe, a solicitud del Gobierno, sobre la adecuación del lenguaje de la Constitución a un lenguaje inclusivo para las mujeres.

El director de la RAE recalca que ha sido en su mandato cuando una mujer, Aurora Egido, ha sido elegida como la primera secretaria de la entidad: "Ese es un cambio enorme porque hay que tener en cuenta que el cargo de secretario de la Academia era a perpetuidad y es el pivote sobre el que descansa su continuidad. El director es el responsable máximo, pero el secretario es una pieza fundamental".

Reconoce que la situación actual se sale "de lo habitual" en comparación con lo que había cuando él fue elegido: obtuvo, en la primera convocatoria, 28 de los 35 votos en liza.

Su decisión de dejar la Academia no fue bien entendida por algunos de sus miembros y hubo quien, incluso, según trascendió, llegó a mandarle "a tomar por el culo", aunque no quiere decir quién fue: "Se sabe de sobra; son personas a las que se ve venir, muy activas y conocidas".

La Academia, precisa, está compuesta "de gente extraordinaria de la que se aprende mucho y no se puede generalizar en sentido negativo". "He sido muy transparente y leal con la academia. Desde la primera reunión de la nueva temporada, el pasado 6 de octubre, informé de que, según nuestro reglamento, en diciembre debería procederse a la elección del puesto de director, bibliotecario y vocal, y anuncié que yo no quería ser candidato. ¿Qué otra cosa iba a hacer? ¿Esperar al último momento?", se pregunta.

Asegura que la decisión de no continuar como director, un puesto que no tiene sueldo y por el que percibe 55 euros por cada hora que ejerce su cargo, la había tomado hace dos años aunque "en su fuero interno".

Ascenso en la Academia

Recuerda que ingresó en la Academia en 2008, que en septiembre de 2009 tuvo un accidente de coche y que estando en el hospital le llamaron para decirle que le habían hecho secretario, "sin consultar ni nada".

Se hizo cargo de la Academia en enero de 2010, a los cuatro años le reeligieron y en 2015 le votaron como su nuevo director. "El secretario es el segundo de a bordo, tiene una cantidad de trabajo enorme y sumaba cinco años más cuatro, es decir, nueve en la primera fila. He cumplido con la Academia y tengo cosas que hacer. Me siento en paz, he dado lo que he podido y sigo siendo académico", resume.

Sobre su apoyo a alguno de los "candidatos" -algunos medios han publicado que prefiere a Cebrián- afirma que eso es "absolutamente personal". "Soy el director y estoy en mi sitio pero tengo mi opción", resuelve.

El reto fundamental al que se enfrentará la persona que ocupe la dirección es, a su juicio, "continuar construyendo la Academia de los nativos digitales" y, por otra parte, garantizar su sostenibilidad económica.

La academia "no es solo los 46 académicos", que no tienen sueldo y cobran 140 euros de dieta por cada sesión a la que asisten, sino que "necesita tener 80 empleados muy cualificados" y eso hay que "sostenerlo", advierte.