"¡Yo quiero hacer eso!", dice un pequeño. María José, monitora, le contesta que no puede: tiene que dejar volar su imaginación, y no copiar el modelo propuesto.

Así son las mañanas en el Museo do Marco entre semana, excepto los lunes. Desde el 3 de julio, el museo organiza talleres gratuitos para el público infantil. La iniciativa, de carácter familiar, busca acercar a los más pequeños al museo y a potenciar su creatividad a través del imaginario artístico del autor francés.

El taller se desarrolla alrededor de la exposición "Julio Verne. Los límites de la imaginación", inaugurada el pasado 19 de abril por Fundación Telefónica. La muestra conmemora los 150 años de la visita del Nautilus, el submarino que Verne inventó en su obra"Veinte mil leguas de viaje submarino" en 1870.

En la obra, el capítulo VII está dedicado a Vigo. "Bahía de Vigo". se titula. Lo escribió previo a sus dos visitas a la ciudad, motivado por la importancia que se le daba en el momento desde la prensa francesa a la búsqueda del tesoro de Rande. Aún así, consiguió describir detalladamente el puerto de Vigo. "Era un lector incansable, siempre estaba documentándose para sus obras",señala Mariño Nogueira, el gerente de la Fundación Marco.

La exposición cuenta con diferentes módulos: el del criptograma, el gabinete de Verne, "Mobilis in mobili" -dedicado al Nautilus del capitán Nemo y a las dos visitas del escritor a Vigo-, el "Trotamundos", dedicado a los viajes de Verne; el de "Desertos de Xeo" y el de "Arredor da Lúa", basado en el modelo de sociedad que Verne imaginaba del futuro cuando él vivía en el siglo XIX.

Para los niños, el taller empieza en el "Laboratorio das artes", momento en que entran en contacto con la figura de Julio Verne, su importancia literaria y su estancia en Vigo. Para ello, se les enseña una moneda de plata conmemorativa de Inglaterra, en la que se puede ver representada la guerra de 1702 ganada por los ingleses en la ría de Vigo.

Después, se desplazan hasta la exposición para ver alguna que otra de las obras expuestas. Cada día de la semana se centran en un módulo distinto, de forma que los niños pueden repetir la actividad.

Tras responder a las preguntas planteadas por los monitores acerca de lo que acaban de ver, suben de nuevo al laboratorio. En él, realizan una obra colectiva o individual, dependiendo del día. María José, que dirige el taller, cuenta que las obras individuales se hacen porque "al acabar la sesión, los niños siempre preguntan si se pueden llevar su trabajo a casa". En cambio, las obras colectivas quedan expuestas en el propio laboratorio.

"Hay niños que repiten" destaca también Maria José, además de que "muchas veces los padres vienen acompañando a los niños y acaban participando e involucrándose en los talleres".

Al terminar la jornada, los niños se llevan un cuaderno de bitácora de forma simbólica, como el del Nautilus. "Buscamos que Verne inspire a los niños igual que inspiró a las personas de su época", destaca Martiño. En una época conocida por la innovación y la esperanza del avance humano en la tecnología, Vernesirvió de inspiración para hacer realidad algunos de sus inventos, como el submarino, que sería inventado años más tarde por Isaac Peral o el traje de buzo especial para expediciones, que también aparecería más adelante.

Toda la mañana puede resumirse con una de las frases del primer módulo: "Todo lo que una persona puede imaginar, otras podrán hacerlo realidad".

Lo que dicen los 'peques'

Desde los tres años, todo niño es bienvenido. Incluso si hay alguno que no llega a esa edad pero de todas formas le interesa participar, puede hacerlo. La actividad permite la participación de hasta 40 niños, suele llegar a los 30.

Entre lápices de colores y cartulinas para dibujar ahora sus historias, Roi cuenta que lo que más le gustó fueron "los buzos, los barcos y los timones" de la sala dedicada a las dos estancias de Verne en Vigo, donde también hay una maqueta del barco desde el que llegó en su primera visita.

Adai, en cambio, defiende que lo que más le llamó la atención fueron "las fotos de los globos" en la que se representan al grupo de suecos que querían ir a la Antártida en globo aerostático, pero que fallecieron en el intento.

María José, monitora, asegura que todos los jóvenes que han pasado el taller son "niños muy creativos y con una imaginación tremenda". Divertida, cuenta que una vez, uno de ellos le dijo que "esto es mucho más relajante que estar con mi abuela en casa".

Algunas de las actividades que desempeñan giran en torno a los códigos morse, los criptogramas, animales fantásticos, escenarios marinos, personajes disparatados, búsquedas de tesoros (que se esconden en los lugares más insospechados) y medios de transporte para todos los gustos.

Son actividades que se asemejan a las desarrolladas durante el curso con grupos escolares. La diferencia es que en verano,pueden centrarse en los distintos departamentos de la exposición cada día, mientras que los otros disfrutan de toda la muestra en una sola mañana didáctica.

Así, de 12.00 a 14.00 horas, los niños pueden pasar un rato entretenido entre las paredes del museo, que busca que los más pequeños dejen volar su imaginación. Por ejemplo, Noa dibujó un árbol bajo unas nubes de colores. "¿Y qué es esto de aquí al lado?", pregunta María José. Y Noa responde, muy tranquila: "Es una hamburguesa".