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Cuidado del patrimonio

Los "médicos" del arte sacro

Un equipo de restauradores vigueses recupera un altar barroco de la iglesia de San Miguel de Pereiras, dedicado a la Virgen del Rosario, afectado por carcoma y termitas

El retablo de Nuestra Señora del Rosario de la iglesia de San Miguel de Pereiras, en Mos, luce desde ayer sus colores originales. Los dorados han recobrado su brillo y los tonos, entre los que abundan los rojos, verdes, marrones y el amarillo, han recuperado toda su fuerza. Los restauradores de la empresa viguesa Acanto han sido los responsables de devolver el esplendor a este retablo de la segunda mitad del siglo XVII, levantado en la parte izquierda del templo mosense. Ya en 2011 hicieron lo mismo con el retablo de la derecha, dedicado al mártir San Sebastián, también afectado por la carcoma y las termitas. La elevada humedad, la poca luz y las aireaciones insuficientes del templo no solo favorecen el ataque de los xilófagos, sino que también deterioran los materiales.

El retablo, de unos 3 metros de alcho por 6 de alto, consta de una mesa de altar, una predella de trazado irregular, un cuerpo central formado por tres hornacinas y un ático, y se carateriza por una decoración profusa, con gran cantidad de ornamentos y tallas, que le confieren ese característico "horror vacui" del Barroco.

Una de las primeras acciones que acometieron estos "médicos" del arte fue desinfectar el retablo, algo que no se hizo en las intervenciones anteriores y que los especialistas vigueses califican de "desafortunadas", ya que no se hizo ningún desmonte para comprobar el estado de su reverso, por lo que no se erradicaron los ataques de xilófagos, que siguieron alimentándose de su madera de castaño.

La buena noticia es que el retablo de la Virgen del Rosario luce su aspecto original. "Se ha recuperado todo porque los repintes, que afeaban y desvirtuaban su apariencia, eran puntuales. Pero el dorado es un oro fino al agua que está en muy buenas condiciones. Tenía faltas porque se cayeron estucos por la humedad, pero lo que quedó estaba en bastante buen estado", explica Almudena Salgado, una de las restauradoras.

Las iglesias gallegas guardan decenas de obras de arte, según la especialista. "En cualquier pueblecito te puedes encontrar un retablo impresionante. Antes, la Iglesia era la que tenía el poder adquisitivo para encargar estas obras. Por eso la mayoría del arte gallego está en las iglesias. Y aunque aún queda mucho por hacer, la gente se va concienciando del valor patrimonial que tienen y de la necesidad de conservarlos", asegura.

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