Hace casi cuarenta años llegaba a Galicia de vacaciones Dorothé Schubarth. Alguien le había hablado de la riqueza de nuestro folclore. La viajera era autora de destacados trabajos sobre la música popular europea y, movida por la vocación, comenzó a buscar las escasas recopilaciones que existían en nuestro país sobre el tema. No lo dudó y comenzó un trabajo que se iría ampliando hasta dar lugar, seis años más tarde, a la publicación del "Cancioneiro Popular Galego", la más importante recopilación de nuestro folclore musical, conocida como la Biblia de la música popular gallega.

La directiva de la Asociación Músicos ao Vivo ha decidido entregar el premio honorífico de la IV edición de los Premios Martín Códax da Música a la musicóloga suiza por "Las novedosas aportaciones metodológicas de Dorothé Schubarth, su generosidad, su condición de mujer intrépida y empoderadora de otras mujeres, así como el insuficiente conocimiento del alcance de su legado por parte de la sociedad gallega". La experta recogerá el galardón en una gala que se celebrará el próximo 3 de mayo en el Pazo de la Cultura de Pontevedra.

Dorothé Schubarth desempeñaba desde 1971 la cátedra de armonía y contrapunto en la Academia de Música de Lucerna, en Suiza. Desde este puesto había desarrollado una intensa tarea de investigación de la música popular europea. A partir de este material elaboró el volumen "El Canto Popular en Europa", que analizaba las formas que adoptaba la música del pueblo a lo largo del continente, y que fue publicado en 1978. En ese mismo año, llegó a Galicia y comenzó su recopilación desde el Cebreiro. Sus conocimientos sobre la cultura musical gallega y sobre nuestra lengua eran mínimos y precisó de alguien para comprender los temas y transcribirlos. De este modo entró en contacto con Antón Santamarina, catedrático de Filología Gallega en Santiago de Compostela.

Juntos comenzaron un trabajo de investigación en los cancioneros editados en el país. Por primera vez, una musicóloga emprendía la titánica tarea de recoger el material del Cancionero Popular Gallego, aplicándole un método científico a la clasificación y estudio de los temas. De este modo, con la ayuda intelectual de diferentes figuras de la cultura del país, la profesora Schubarth inició su trabajo sin ningún tipo de apoyo económico.

Sucesivas solicitudes a la naciente Xunta y a una de las principales instituciones de mecenazgo de la época, la Fundación Barrié, le fueron denegadas pero la situación cambió finalmente gracias a las gestiones de Santamarina.

Ochenta y dos ayuntamientos de la Comunidad y trece más situados en la zonas gallegohablantes limítrofes fueron visitados por Schubarth, que no conducía, sino que hacía su camino a pie, en bus o junto a conductores que iba conociendo. Fruto de todo este trabajo, la profesora reunió alrededor de 5.000 letras diferentes que transcribió Santamarina.