Tal día como hoy, hace 80 años, la familia de Manuel Lustres Rivas recibió la terrible noticia de que tenía que trasladarse al lugar de A Concheira, junto al estrecho de Rande, donde habían aparecido cinco cadáveres, para reconocer si uno de ellos era el periodista.

Habían sido asesinados de madrugada el 10 de noviembre de 1936, y el cuerpo de Manuel Lustres apareció vilmente desfigurado. Fue enterrado en el cementerio de Redondela.

Su muerte lo asemeja a su amigo Federico García Lorca: sin juicio, en la impunidad de la noche, a la vera de un camino. Nadie dio la noticia. La diferencia entre ambos es que Federico García Lorca será pronto mitificado, mientras la memoria de Lustres cae en el olvido.

Su nombre no aparecerá en un periódico durante cuarenta años, cuando hasta su detención era el periodista vigués más reconocido y presidente de las asociaciones profesionales de la ciudad.

Maestro de periodistas

Cuenta Valentín Paz Andrade en su libro "Castelao na luz e na sombra" que antes de sacar el periódico "Galicia", se celebró una reunión en Pontevedra para decidir el nombre y la fecha de aparición. Acudieron el editor, Ernesto Cádiz, el artista Alfonso R. Castelao, el fotógrafo Luís Ksado y Lustres Rivas, que "ya era maestro de periodistas".

Es la primavera de 1922, Lustres tenía 34 años y una vasta experiencia profesional en Galicia y Madrid como redactor, redactor jefe y director. Sobre él recaerá el peso de un diario que aspiraba a ser el más moderno e incisivo de cuantos se publicaban en la región.

Pero aún le faltaba por completar la parte más granada de su biografía, que desarrollará en FARO, donde ya había trabajado entre 1909 y 1912, y al que retorna en 1925, tras la aventura argentina de poco más de un año en la Lloyd y "Céltiga".

Comenzaba la etapa más densa y brillante como escritor. Ramón F. Mato, primer director de "El Pueblo Gallego", lo define como "exquisito y admirable poeta". Pero se centrará en el periodismo, como articulista y líder de las asociaciones profesionales.

En 1929, a los 41 años, está en el cenit de su carrera. Es respetado y considerado uno de los grandes profesionales del país. El Centro Gallego de Madrid le tributa un homenaje por sus bodas de plata en el periodismo.

Algunos biógrafos le atribuyen una intensa actividad política que confunden con su constante implicación social. En FARO nunca escribió sobre política, aunque lo hizo en medios en los que colabora durante la República. Como el portugués "O Comercio do Porto", donde informa del estatuto de Autonomía de Galicia.

El encuentro con el destino

El 25 de agosto de 1932 Manuel Lustres Rivas y Federico García Lorca se abrazaron en el parque de "Las Cabañas" de Vigo. Fue un hito en sus trayectorias, y una cita con el destino.

Más que el breve encuentro temporal cabe resaltar la sintonía intelectual y espiritual de ambos escritores. Les une el aprecio por la modernidad, la sensibilidad literaria, el gusto por la poesía y el teatro, la implicación social y la sintonía con el régimen republicano.

Por el simbolismo que reviste la similitud de sus vidas y el trágico final, la relación entre Lustres y García Lorca merece una especialísima atención.

Quizá pocos recuerden que Federico García Lorca estuvo a punto de venir a Vigo como conferenciante, invitado por el Comité de Cooperación Intelectual, tres meses antes de llegar con "La Barraca". Tenía previsto hablar sobre "La Arquitectura del Cante Jondo".

La sección viguesa de esta asociación, nacida en febrero, albergaba grandes ambiciones. Sus promotores -Eduardo Cabello, Gómez Román, Fadrique, Trillo- invitaron a Lorca, que debió aceptar, puesto que programaron su conferencia.

Lustres Rivas apoya entusiasmado la invitación al poeta granadino. Lo hace desde la sección "Actualidades Viguesas", la más leída de FARO, que reseñaba cuanto ocurría en la ciudad.

Tan convencidos estaban de que vendría Lorca que se anunció hasta la víspera. Incluso el mismo día de la conferencia, fijada para el 6 de mayo de 1932, se publica un poema y una semblanza de bienvenida.

Todavía no era el mito en que se convertiría tras su muerte. Pero acababa de llegar de Nueva York, preparaba el poemario a "la gran manzana", y era el poeta más popular de España.

Para los vigueses cultos supuso una decepción que no acudiese a pronunciar la conferencia tan anunciada y tan esperada.

Vinieron otros invitados del Comité de Cooperación Intelectual como el capitán Iglesias, aviador, que preparaba su expedición científica a las fuentes del Amazonas, el jurista Osorio y Gallardo o el gran intérprete Regino Sainz de la Maza.

Pero falló García Lorca. No se explicó la causa. Lo previsible es que se haya suspendido el viaje porque los Comités de Cooperación gallegos habían comprometido su venida en verano con "La Barraca". A Vigo lo hace el 25 de agosto y Lustres le dedica el artículo "Estudiantina de generación en generación"

En el otoño, el nombre de Lustres cobra un gran protagonismo por la campaña en favor de la jubilación de los periodistas. Es una iniciativa nacional promovida desde Vigo de gran calado, ya que el retiro profesional lleva a la precariedad a muchos de ellos.

Para los dos, Lorca y Lustres, los años de la República son de ilusión y éxito. Lustres recibe con alborozo la publicación de los poemas gallegos de Lorca, en "Nós", la editorial de Angel Casal.

Lo cuenta, en febrero del 36, en un artículo en FARO el joven poeta y profesor vigués Xesus Nieto Pena, amigo suyo y de Lorca.

"Cuando García Lorca nos habló este verano de su libro de versos en gallego nos dejó con la boca abierta (?) Lorca nos vuelve a traer la consideración de esta afinidad amorosa existente entre Andalucía y Galicia, por muchos conceptos".

Xesús Nieto Pena, otro intelectual vigués semiolvidado, será profesor de la Universidad de Gotinga (Alemania), acabará en la posguerra enseñando en Carcasonne y será el conductor en "Radio París" del programa en gallego "Aló Galicia".

Pasión y muerte

Cuando estalla la guerra ambos escritores son detenidos sin aguardarlo. Primero Federico, que se resguardaba en la casa de unos amigos falangistas en Granada. Semanas después Lustres, en su vivienda viguesa de la calle Luís Taboada.

Para Lustres sería aún más doloroso conocer la triste suerte de Lorca. Estaba preso en el "Frontón" de la calle María Berdiales, que había sido habilitado como cárcel, donde lo visitaba todos los días su mujer, Emilia Fernández, antes de su traslado a San Simón. Allí se entera del asesinato del poeta granadino por FARO, que publica la noticia el 22 de septiembre del 36.

Aunque el contexto de la información, facilitada desde Radio Burgos, era falso, ya que atribuía el crimen a las hordas marxistas en Madrid, no lo era el asesinato. Había ocurrido el 19 de agosto, en una cuneta de la carretera granadina entre Viznar y Alfacar.

Por este tiempo Lustres aún creía que su detención duraría poco. No imaginaba que el destino le tenía reservado un final que le asemejaría a Lorca.

En la madrugada de un día como hoy lo sacaron del calabozo de Redondela, a donde lo habían conducido desde la isla de San Simón la víspera, y lo asesinaron junto a otros cuatro presos. Nunca se supo el nombre de sus verdugos ni por qué quisieron matarlo. Tenía 48 años y había dedicado 32 al periodismo.