"Día tras día se les niega a los niños el derecho de ser niños". Así comenzaba el uruguayo Eduardo Galeano un poema que recitó en un programa argentino en el que hablaba de la infancia. Un verso que define bien la situación de 220 millones de menores que necesitan ayuda en todo el mundo. Para paliar esta situación, y poner voz a sus necesidades, Aldeas Infantiles SOS, la organización galardonada con el premio "Princesa de Asturias" de la Concordia, trabaja día a día en 134 países.

"Los niños huérfanos son las personas más vulnerables. Están solos. Alguien tiene que luchar y levantarse por ellos", afirma Siddhartha Kaul, presidente mundial de Aldeas Infantiles SOS. Y eso es lo que hacen, levantarse por los que no tienen a nadie. "Es muy importante que ningún niño se excluya de la sociedad. Los niños que no sean parte de ella mañana serán como extraños", dice.

Para Kaul, hay que separar la política de la labor humanitaria. "Nosotros no estamos haciendo el trabajo de los gobiernos. Los gobiernos tienen la responsabilidad de cuidar de los niños y de su infancia. Pero, por otra parte, la sociedad no puede quedarse callada" .