Radiantes, felices, hermosos. Acordes con el soleado día que lució ayer en toda la Galicia festiva. Así se dieron ayer el "sí quiero" el diseñador vigués Cristóbal Vidal y su pareja desde hace nueve años, Juan Luis González Nieto, en una ceremonia repleta de detalles que tuvo lugar en el Balneario de Mondariz ante 170 invitados.
Vidal -que consiguió el reconocimento en las grandes pasarelas españolas, como Cibeles y Gaudí gracias a sus faldas para hombre, y diseña habitualmente trajes de novia además de impartir clases en varias escuelas de moda- creó esta vez sus modelos más deseados: los de su propio enlace. Y no solo se vistió a él y a su pareja, sino también a las madrinas y a otros muchos invitados de la ceremonia, 47 en total.
Para esta ocasión única, Vidal eligió frac negro de lana fría y las camisas chalecos en blanco sobre blanco. Aún combinados los novios, las diferencias radicaban en que Cristóbal lució una de sus faldas sastre con chistera negra y pajarita blanca con tamancas especialmente diseñadas para la ocasión por el tamanqueiro Roberto Macías de "Tamanca" y Juan optó por pantalón pitillo con chistera gris y zapatos modelo "Charlestón" años 20.
La comitiva nupcial estuvo compuesta por ocho niños, todos ellos vestidos de blanco, con encaje de Camariñas y tocados realizados por la floristería Bonsai de Ponteareas. Tras ellos, las damas de honor: Mar y Zoe, ahijadas de los novios , vestidas en lino y seda de Cristóbal Vidal. A continuación llegó Vidal con sus dos madrinas: su madre, Mª Josefa, vestida de chantilly bordado en piedra de cristal, diseño de su hijo, y su tía y comadre, Jeanine Van Wijk, con pamela de "Coco" Orense, con traje largo en azul marino y verde agua con joyas de Swarosky.
Por último entró Juan con sus respectivas madrinas: Marisa González Nieto y Mª Carmen Márquez Nieto, vestidas ambas por Miguel de Luna y tocados de Sara Pato. También participaron como testigos Braulio Vidal, padre de Cristóbal, y Francisco Márquez, primo de Juan.
La ceremonia fue oficiada por los alcaldes de A Cañiza y Mondariz y estuvo amenizada por el grupo de cuerda Cassia Esemble. El intercambio de votos se realizó en gallego -haciendo honor al día de Santiago Apostol-y varios amigos de la pareja realizaron lecturas para ellos, por lo que fue una ceremonia muy personal y emotiva que finalizó con un brindis con agua de la propia fuente Gándara.
Entre los invitados, había un grupo muy especial para el diseñador: las alumnas de los cursos que imparte en Vigo, A Cañiza y Porriño, que realizaron sus propios vestidos de la mano de su maestro, que abarcaban desde sedas estampadas a encajes de guipur, pasando por gasas y linos, en corto, como manda el protocolo.
Finalizada la ceremonia, novios e invitados caminaron bosque adentro donde les esperaba como sorpresa una "regueifa" regalo del grupo Lembranzas con pandereteiras, bailarines , gaita y tambor, vestidos con los trajes de gala. Les acompañaron hasta la capilla del Carmen , donde los novios hicieron una ofrenda floral en memoria de Luis y Celia, padres de Juan, y de las abuelas del Cristóbal, María y Esperanza, uno de los momentos más emotivos del día.
La entrada de los novios al salón Antonio Palacios, donde se servía el banquete, fue otro de los momentos álgidos, cuando Adolfo González , tío de los novios, sorprendió a todos interpretando en directo "Amor de Hombre", tras lo cual se sirvió el ágape. Tras la excelente comida comenzó la fiesta temática años 80.
Una boda inolvidable para todos. Un día para siempre para Cristóbal y Juan.
