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El Torres: "El demonio es una metáfora de la corrupción en la Iglesia"

El autor presenta en Vigo su última obra, donde el Papa acaba siendo objeto de exorcismos

El Torres, guionista andaluz de comics asiduo del mercado norteamericano donde edita con sello propio, está de suerte. Por un lado, acaba de publicar su último libro, Roman Ritual, un proyecto editado en España por Dib-bouks cuya semilla recogió de niño tras ver El Exorcista. Por otro, días atrás, su obra El fantasma de Gaudí recibía el premio a la mejor historia de viñetas nacional en el Salón del Cómic de Barcelona. Este fin de semana, imparte un taller en Vigo, en el Boom! Film&Comic, donde desvelará los secretos para una buena historia.

-Roman ritual, que habla de exorcismos y demonios en el Vaticano, fue rechazada por varias editoriales en Estados Unidos.

-La verdad es que los editores norteamericanos se temían una reacción negativa porque, a pesar de ser una obra de ficción, toca temas peliagudos sobre la Iglesia Católica. Decidimos lanzarlo casi en plan autoedición porque Amigo Comics -su sello en EEUU- es casi como una pequeña editorial de fanzines. Tuvo una buena recepción y nadie se ha llevado las manos a la cabeza. Ahora los lectores están más curtidos que cuando se estrenó El Exorcista.

-¿Tirar del hilo de esta historia que presenta cosas tan desagradables ha sido complicado?

-El demonio es una metáfora de lo corrupto en esa jerarquía de la Iglesia Católica. Por lo tanto, tenía que saber cómo se movía esa jerarquía, la curia y todas las congregaciones. Fue muy complejo, tanto que tuve que hacer un diagrama con nombres y cargos porque no es una estructura piramidal. Llegó un momento en el que tuve que cortar cosas porque si no necesitaría dos tebeos.

-Se inicia con una muerte y un exorcismo, casi nada.

-Se empieza directamente en la acción para atrapar al lector. Estaba preocupado porque es una historia casi de historias parlantes, de dos personajes debatiendo qué van a hacer y cómo se van a enfrentar a la posesión, qué significa eso... De vez en cuando, había que amenizarlo con escenas de acción que pedía la historia.

-Mostrar a un papa poseído es un tema delicado y la imagen está a medio camino de Ratzinger y Juan Pablo II.

-Los papas y personajes son todos ficticios y combinaciones de varios personajes reales. El papa es una reunión de dos o tres papas reales. Coger un papa real le daría temporalidad a la historia y yo quiero que se lea dentro de 20 años. Había una imagen clara, al extremo de Francis Bacon, y es el Inocencio X de Velázquez, que me fascina muchísimo, ves al Papa con esa mirada tremenda y lo quise trasladar al tebeo, en la misma postura y misma silla pero le torcimos la cabeza a un lado para dar más sensación demoniaca.

-Paco Plaza encontró en usted un yonki de lo macabro pero ¿alguna vez pensó en pasarse al lado con más luz en sus historias?

-Esto sirve un poco de terapia. Yo siempre fui un niño muy asustón y las películas de terror me daban mucho miedo. Cuando vi el Drácula de Browning con Bela Lugosi con seis o siete años no dormí en toda la noche pensando que Drácula iba a entrar por la puerta de la habitación. Es curioso, pasas miedo pero luego quieres más. Es una atracción por lo terrible. Me gusta lo macabro ficticio. La realidad es mucho más terrible y da mucho miedo y eso no es algo que me gusta perseguir, pero estos monstruos los tenemos bajo control y les permitimos que nos asusten de esta u otra forma. De ahí la atracción por el terror.

-Este fin de semana visita Vigo para presentar el libro e impartir un taller. ¿Cuáles son los mandamientos para el guion de un cómic?

-Lo que digo siempre es que para hacer un cómic hay que contar una historia que tenemos que tener muy clara. Debe tener un principio, nudo y final. Mucha gente tiene muchas ideas con detalles e imágenes pero sin historia.

-¿Ha mejorado la situación de los creadores de viñetas en España?

-Creativamente, hay una explosión brutal. Excepto en Japón, los autores españoles están en lo mejor de los mercados de cómic del mundo. En el mercado patrio se lee muy poco y hay muy poco mercado. Hay un techo que muy pocos, como Paco Roca, han superado pero también hay trabas del gobierno. La gente que creamos comics no tenemos epígrafe propio en Hacienda. la mayor parte estamos dados de alta como ceramistas. ¿Cómo hacer una industria cuando no somos considerados como tal?

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