Ante una escultura de Francisco Leiro, el ánimo del espectador solo desea una cosa: quedarse petrificado para admirar su creación en madera o piedra. Ese primitivismo, esa rudeza y fuerza de sus esculturas suponen un imán para la mirada y el intelecto. Una colección de doce obras de estos materiales y otras cinco en papel componen desde ayer y hasta el día 4 de junio la exposición "Los trabajos y los días de Francisco Leiro", que ayer se inauguró en el centro ABanca de Santiago de Compostela. En ella, se muestra también una videoinstalación que muestra el día a día del escultor cambadés que firma Aser Álvarez, también comisario de la muestra.