Su historia encaja a la perfección con el sueño americano. Ese relato de superación y éxito tantas veces premiado por los Óscar 2016 de Hollywood. Nico Casal (Santiago, 1985) iba para arquitecto, pero no estaba dispuesto a dejar el piano por la universidad y acabó formándose en el Conservatorio Superior de Vigo, ciudad en la que empezó a componer para sus primeros cortos mientras impartía clase y desde la que se trasladó a Londres a finales de 2011. Trabajó de camarero mientras estudiaba un máster en la City University y, gracias a su talento, comenzó a forjar sus primeros contactos en el sector. En menos de 5 años ya puede expresar qué se siente con la estatuilla dorada entre las manos.

"Debo ser el tipo más feliz del mundo ahora mismo", escribía ayer en su cuenta de Twitter horas después de saltar de alegría cuando el director y la productora de Stutterer Stutterer subieron al escenario del Teatro Samuel Goldwyn de Los Ángeles junto a los presentadores más jóvenes de la ceremonia, Jacob Tremblay y Abraham Attah. "Acabo de hablar con mis padres ahora mismo y llevo llorando 15 minutos. Apenas he podido hablar con ellos. Me tiemblan las piernas, me tiembla la voz... Pero estoy muy contento. No dejo de llorar. Esto es demasiado. Es de los momentos más emocionantes que he vivido", declaraba en esos primeros momentos a EFE.

En una conversación con la Radio Galega, Casal también desvelaba ayer que había tenido la oportunidad de hablar con Thomas Newman, nominado por la banda sonora de El Puente de los Espías -aunque Morricone acabó por llevarse el premio- y uno de sus compositores cinematográficos de referencia según él mismo reconocía en una entrevista concedida a FARO pocos meses después de llegar a Londres.

"Estoy en la música por su poder para emocionar e influir en lo que pensamos", decía entonces. Toda una declaración de intenciones que toma más relieve en el trabajo oscarizado, donde la música transmite al espectador los pensamientos del protagonista, un joven tartamudo que está a punto de tener su primera cita con la chica con la que lleva meses hablando por internet. "Era un reto muy bonito, un caramelo", destacaba Casal, que participó en el proyecto desde el principio junto al director Benjamin Clearly.

La película llegó a los Óscar 2016 con una decena de premios cosechados, entre ellos, el del London Critics Circle, el de mejor corto extranjero en el festival de Los Ángeles o el especial del jurado en Savannah.