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HEMEROTECA

¿Vivió Rosalía de Castro en Vigo?

La vinculación bibliográfica está probada, pero hay incógnitas sobre la residencia.

Interpretación actualizada de Rosalía de Castro // Aurora Cascudo

Si el año que discurre sirve para desvelar la incógnita de si el matrimonio de Rosalía de Castro y Manuel Murguía residieron en Vigo, habrá valido la pena la investigación que los estudiosos emprendan.

A fecha de hoy, las opiniones entre los historiadores se reparten. Unos aseguran que Manuel Murguía estaba llamado a dirigir el periódico vigués La Oliva, que fundaron los hermanos Chao, en 1856, para competir con FARO, pero no pudo asumir el compromiso por residir en Madrid. Otros aportan la prueba de su testimonio personal de haber conocido al matrimonio del historiador y la poetisa en Vigo, al encargarse Murguía del periódico que se imprimía en la imprenta de Compañel.

Veamos el estado de la cuestión, y extraigan ustedes las conclusiones.

¿Rosalía de Castro residió en Vigo con su marido, el polígrafo Manuel Murguía? La mayoría de los autores que abordan su biografía dan una respuesta afirmativa, pero sin aportar pruebas. De ahí que no disipen las incógnitas sobre esa estancia en la ciudad, cuándo ocurrió y cuanto duró.

Tantas que un historiador de la solvencia de José María Alvarez Blázquez asegura que Murguía colaboró desde Madrid en La Oliva y El Miño, periódicos de tendencia liberal, "toda vez que su profesión de archivero bibliotecario habrían de mantenerlo forzosamente lejos de Vigo". Lo mismo piensa Antonio Odriozola, gran investigador de la historia de la imprenta viguesa. El prócer, Tomás Mirambell, también obvia la relación con Vigo, cuando traza una breve biografía de Murguía, en vida del historiador:" No conocemos bien la obra total de este anciano ilustre. Sabemos que empezó colaborando en El Miño, periódico que publicó varias novelas románticas suyas, entre ellas Desde el cielo".

El propio Murguía no hace referencia a su estancia en Vigo, en el capítulo en que se ocupa de Rosalía de Castro de Los precursores. Tampoco aparece Vigo como residencia del matrimonio en la biografía que recoge la Wikipedia.

Sí menciona la ciudad uno de los principales biógrafos de la poetisa, Alonso Montero, pero como mera referencia, entre los numerosos lugares en los que se asentó el matrimonio en su vida itinerante. Como él, otros historiadores, sin pruebas fehacientes, se limitan a repetir la afirmación, por seguir la tradición oral o tomada prestada de otros biógrafos.

Vigo y la obra rosaliana

A diferencia de la experiencia vivencial, existe plena constancia documental de que Rosalía de Castro está vinculada a Vigo por su producción literaria. Sus dos primeros poemarios salen de la imprenta de Juan Compañel, ambos en 1863. A mi madre, tras la muerte de su progenitora, el año anterior, y Cantares Gallegos, "la primera obra maestra de las letras gallegas", como lo define Fernández Del Riego. Con anterioridad, en 1859, Compañel había impreso la primera de las novelas de Rosalía, La hija del mar.

Vigo, por tanto, forma parte indisociable de su bibliografía. "Cábele la honra a Vigo -dice Carré Aldao en su obra La imprenta y el periodismo en Vigo- de haber publicado en ella las primeras obras de la insigne poetisa gallega, que tanta influencia habían de ejercer en nuestro renacimiento literario actual". Y el cronista oficial de la ciudad, Rodríguez Elías, remacha: "Nunca se podrá dejar de mencionar el nombre de Vigo,siempre que se trate de la bibliografía de Manuel Murguía y de Rosalía Castro".

En Vigo se entonó por primera vez La Alborada, en el lejano 1881, con la poetisa aún viva. En ese año, las fiestas del Cristo tuvieron un "carácter altamente digno de la cultura de nuestro siglo", y se celebró un Certamen Literario Musical. Durante el mismo sonaría La Alborada, cuya letra era "un fragmento de una poesía publicada en el libro Cantares Galegos". Pero frente a la constancia bibliográfica de la relación entre Rosalía y Vigo, no existe la prueba incontrovertible de su residencia, porque lo hayan dejado escrito ella o su esposo. O porque figure en algún documento oficial, como el de su matrimonio, en la iglesia matritense de San Ildefonso donde se desposaron, o de los nacimientos de sus ocho hijos, todos habidos en Galicia, en Santiago, Lestrove y A Coruña.

Dos testimonios a favor

¿Por qué entonces reconocidos estudiosos aseguran que Rosalía de Castro vivió en Vigo? Existen dos testimonios, uno personal, de Pascual Ruiz y Enríquez, otro más lejano e indirecto, de Avelino Rodríguez Elías que cita al exregidor vigués Joaquín Pérez Boullosa, que conoció al matrimonio. Fue el alcalde que recibió al Kaiser Guillermo II, cuando se entrevistó en la ría con Alfonso XIII, en marzo de 1904, testigo por tanto de uno de los grandes acontecimientos de la ciudad.

Pero es del testimonio directo del que toman nota todos los biógrafos, el que publica Ruíz y Enriquez en FARO DE VIGO, dos semanas después de la muerte de la poetisa. Pascual Ruíz y Enríquez (1845- 1924), redondelano, ejerció el periodismo en numerosas cabeceras - El Meteoro, El Independiente, FARO DE VIGO, el semanario La Lucha, la revista Vida Gallega y otros, compatibilizándolo con su profesión de empleado de Correos.

Ejercía esta profesión "empleado en la Ambulancia de Monforte a Vigo", cuando escribe la carta dirigida a Don Manuel Murguía, para testimoniarle su pesar por la pérdida de su esposa. Recuerda: "Habíase declarado la guerra a Maruecos, y una mañana algo cargada de bruma, esa bruma marina que Dña.

Rosalía ha descrito en algunas ocasiones, como ella sabía describir las cosas en el dulce dialecto del país, arribó a Vigo el vapor Rita que llevaba a tierra africana no recuerdo qué batallón de infantería".

Al divulgarse la noticia del arribo del barco con tropas para África, se acordó obsequiar en tierra a los expedicionarios.

"Estaba usted entonces encargado por ausencia del Sr. Compañel (D. Juan) del periódico La Oliva. Yo subí a darle a usted la noticia de la llegada del Rita y sentándose en cama, y abarcando corriendo lo que es la prensa cuando se la emplea bien y a tiempo, me pidió V. papel y recado de escribir, y solicitó a su esposa, medio dormida aún, unos versos para saludar a aquel puñado de valientes, que partían a la guerra dentro de pocas horas.

"Vuestra dulce compañera no se hizo de rogar, antes parece que aquella indicación la había previsto y la esperaba. Entonces V. con unas cuartllas por delante y ella con otras, uno apoyándose en un balde y otra en la pasta de un libro, confeccionose un suplemento que media hora después era leído y arrebatado de mano en mano, lo mismo por los hijos de Vigo que por los soldados y oficiales que iban a África".

Ruíz y Enríquez explica que era un joven aprendiz de cajista, por cuyas manos habían pasado muchos manuscritos de Murguía. Y concluye: " Después marchose de Vigo; jamás lo he vuelto a ver ni he podido saludarla ya más. Pero sus versos me decían que era siempre la misma". La clave para descifrar la incógnita de la fecha en que se produjo el episodio descrito está en fijar la llegada al puerto del vapor " Rita", que hasta ahora no ha sido posible. No figura en los archivos portuarios, que comienzan en 1881, ni en los de Aduanas ni en los de Capitanía.

Tampoco quedan testimonios de su paso en la hemeroteca de FARO DE VIGO, porque faltan ejemplares de estos años, ni en las colecciones de La Oliva y El Miño, que practicamente han desparecido. En concreto, del episodio del atraque del vapor "Rita" no queda constancia. El académico Fermín Bouza Brey, que prologó la edición del centenario de Cantares Gallegos, refrenda la residencia viguesa de la pareja, siguiendo a Ruíz y Enríquez.

Escribe: "Cuando Rosalía y Murguía habitaban en Vigo y ante la llegada del vapor Rita al Berbés con los heridos de la guerra de Africa (1860) improvisaban crónicas de saludo y poemas de bienvenida, y ella, Rosalía, consagraba su nombre sacando a la luz (1863) los Cantares Gallegos".

Sólo que Ruíz y Enriquez, y su seguidor, Bouza Brey, cometen imprecisiones, que introducen dudas sobre lo que afirman.

Ruíz y Enríquez dice que Murguía trabajaba en La Oliva, cuando este periódico,nacido en el 2 de febrero de 1856, fue suspendido el 11 de abril de 1857, y había sido sustituido por El Miño, que duró hasta 1868, en que reapareció La Oliva, que cerró definitivamente en abril de 1873.

En consecuencia, no es posible que fuera La Oliva el periódico en el que trabajaba Murguía. En esa época se encontraba en Madrid, y hay quien opina que aún no conocía a Rosalía, que llegaba a Madrid por ese tiempo, y con quien contrae matrimonio el 10 de octubre de 1858.

Otro detalle que llama la atención es que no haga mención a la existencia de la hija del matrimonio, ya que Alejandra, la primogénita, había nacido en 1859. Da por supuesto que Rosalía era ya una poetisa reconocida, cuando no era así.

Bouza Brey, por su parte, se equivoca al escribir que el vapor Rita regresaba con soldados heridos, cuando el testigo dice que transportaba tropas a África, que fueron agasajadas en tierra. ¿Por qué fija el acontecimiento en el año 1860? No parece que tenga pruebas, pero es verosímil. El matrimonio Murguía Rosalía de Castro regresó a Santiago en 1859, donde nace su primera hija. Y es posible que, tras el parto, Compañel llamara a Manuel Murguía para que se encargase del periódico El Miño en su ausencia.

¿Por qué Ruiz y Enríquez dice que es La Oliva y no El Miño? Cuando ocurrieron los hechos tenía quince años y lo recuerda un cuarto de siglo después. Por tanto es comprensible que no precisara en cuál de ambos lo había hecho. Sin duda fue en El Miño, como apunta Tomás Mirambell, aunque le viniera a la mente el nombre de " La Oliva" cuando escribió la carta. A la postre, La Oliva era el periódico mítico, que había seguido cronológicamente al FARO y que al reaparecer desdibujó el recuerdo de El Miño.

Quien no tiene la menor duda de que el matrimonio residió en Vigo es el Cronista Oficial de la Ciudad, Avelino Rodríguez Elías. Lo expone en un artículo que publica con ocasión del centenario del nacimiento del historiador. Titula: "Murguía y Rosalía Castro en Vigo. Aquí vivieron y aquí publicaron libros".

Escribe: "Al fundar Juan Compañel en 1856 su bisemanario La Oliva, llamó nada menos que a Manuel Murguía, para ponerlo al frente de aquella publicación. Fue entonces cuando aquí residieron Murguía y su esposa Rosalía Castro".

Y apunta esta curiosidad:

"Al principio hizo gracia la diferencia de estatura de los esposos, cuyo contraste elevaba aún más la de Rosalía, al lado de la reducida talla de D. Manuel. Pero luego, las gentes ya no vieron en ellos más que al escritor ya renombrado y en plena juventud, y a la poetisa gloriosa ya consagrada. Así me lo contaba, pocos años antes de morir, el ex alcalde don Joaquín Pérez Boullosa,que conoció y creo que trató a los esposos Murguía, durante su estancia en Vigo". Y precisa: "Parece que esa estancia no fue muy prolongada: dos años o algo menos".

El testimonio de Pérez Boullosa, al que apela el autor, no tiene por qué no ser verdadero. Pero hay imprecisiones en los datos que aporta el cronista Oficial de Vigo. Como Ruíz y Enríquez incide en anacronismos, tanto sobre los periódicos como en la fama de Rosalía de Castro. En 1860 era casi desconocida.

También obvia el dato de su maternidad. No obstante los errores y omisiones de los dos principales testimonios a favor de la residencia del matrimonio en Vigo, y a pesar de la solvencia de las opiniones contrarias, no hay por qué dudar ni de Ruíz y Enríquez ni de Pérez Boullosa. La hipótesis más verosímil es que Murguía y Rosalía de Castro se asentaron y trabajaron en Vigo por un corto periodo de tiempo.

Ocurre que, en esa época, ambos eran menos conocidos. Ni Rosalía de Castro había escrito Cantares Gallegos ni Murguía su magna obra. Ni el Diccionario de escritores Gallegos ni la Historia de Galicia ni Los precursores. Salvo que aparezca algún documento hasta ahora desconocido, la única fuente válida para descifrar la incógnita es el vapor Rita, que pasó con soldados durante la primera guerra con Marruecos, entre 1858 y 1860.

Sólo él puede desvelar cuándo vivieron Manuel Murguía y Rosalía de Castro en el número 12 de la calle Real, encima de la Imprenta de Juan Compañel. En aquel Vigo de poco más de cinco mil habitantes.

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