Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un documental revela secretos y sentimientos de Urbano Lugrís

Figuras como los vigueses Antón Patiño y Méndez Ferrín hablan en la cinta de la vida del pintor marino, icono del siglo XX

Manuel Rivas, Antón Patiño y Xavier Seoane, en el documental. // Amanita Films

La pintura, los versos y la vida del artista gallego Urbano Lugrís (A Coruña, 1908-Vigo, 1973) no se entienden sin las anécdotas personales, sin esos secretos que no aparecen en los libros y que sólo se pueden descubrir por boca de quienes le conocieron bien. Ese trazo biográfico con testimonios de amigos lo ofrece el documental Urbano Lugrís, a travesía do océano con el que el joven realizador gallego Iván Patiño busca dar a conocer a este artista, icono de la creación gallega. "Es una figura bastante desconocida", lamenta el director de la pieza audiovisual.

El embrujo que ejerció la obra del creador marino en este realizador se fue configurando desde su niñez. "Nací rodeado de los cuadros de Lugrís pero nunca me había parado a admirarlos -explica Patiño- pero un día caí en el embrujo y hablé con mis padres que me comentaron la relación que había tenido con mi abuelo, Antón Patiño, quien fue mecenas de Urbano en su última estancia en Vigo".

Precisamente, el tío de Iván, Antón Patiño, así como Manuel Rivas o Méndez Ferrín son algunas de las voces que prestan su memoria al documental para vertebrar el paso por la tierra y el lienzo del autor. Para ello, el documental ha rastreado tascas en las que plasmó sus murales de motivos marítimos, así como el Museo Massó de Bueu (familia para la que trabajó durante la Dictadura), las ciudades de A Coruña y Vigo -con obras en el Museo de Castrelos o la Pinacoteca, además de un mural-copia de una de sus obras plasmado en la céntrica calle del Príncipe como homenaje-, localidades como Malpica, Baiona o Vilaboa. "El documental realiza un recorrido cronológico que empieza en A Coruña donde nació y que acaba en Vigo donde murió", señala Iván Patiño.

Uno de los momentos más destacados del documental es cuando Ferrín rememora el pasado y confirma que es cierta la leyenda de que Lugrís era un artista que se flagelaba moralmente por no haberse marchado al exilio siendo coherente con sus ideas. En lugar de eso, optó por quedarse en Galicia e incluso pintar para los vencedores, aquellos que habían represaliado a sus amigos, algo que nunca se perdonó. Por ello, muchas veces, el dinero que recibía duraba tan poco en su bolsillo. En el documental, se cuenta realmente qué hacía y cómo se sentía. "Es una de las sorpresas. Es un tema que se trata muy bien. Ferrín habla durante minutos de esa espina. Fue una de las decisiones más importantes, más contradictorias, tuvo la oportunidad de ser el pintor del régimen. Se puede pensar en una doble moral: ¿hice bien, hice mal?", señala el realizador.

Para Patiño, a Lugrís "si lo extrapolamos a la vida actual, lo querrían todas las empresas: sabía de música lo que no está escrito, era diseñador gráfico, hizo poesía... fue un hombre polifacético y se refleja en este documental" que estrenó en el CGAI en A Coruña días atrás. El recorrido al que aspira Patiño a partir de ahora son televisiones, festivales y centros de enseñanza.

Compartir el artículo

stats