En 1985 arrancaba en Vigo la feria de artesanía Ofeitoaman. Se vendían jerséis de lana, bolsos de cuero, carteras de piel y zapatos de esparto. Todos los productos que allí se mostraban estaban hechos enteramente a mano. Treinta años después, en una sociedad cien por cien mecanizada y rodeada de centros comerciales y empresas manufacturadas, este mercadillo artesano continúa atrayendo a cientos de visitantes que, como cada Navidad, buscan un regalo original, duradero y sobre todo único con el que agasajar. Abrió sus persianas el pasado fin de semana en la terraza exteior del Centro Comercial A Laxe.

El artesano Vidal Revilla lleva participando en esta feria desde 1989. Reconoce que todos los productos que se ofrecen a lo largo de los 18 puestos son "un pedazo del alma" de cada uno de sus creadores. "Todo lo que aquí tenemos expuesto está hecho a mano, los bolsos, las carteritas, los llaveros. Yo empleo pieles de curtido vegetal y cada objeto que vendo lo hago yo personalmente por medio de un cosido manual con dos agujas o punto de guarnicionero, que se llama", explica el artesano mientras realiza los agujeros a lo que, dentro de dos días, será una pulsera.

Artesanía

Revilla define sus diseños como de estilo "clásico y atemporal", ya que se trata de piezas que no pasan nunca de moda.

Muchos de los puestos no son de Vigo, ni siquiera gallegos, sino que vienen expresamente para la ocasión. Rita Carvalhas llega de Portugal. Este es su sexto año y no dudará en volver a cargar su camioneta con todas sus lanas, ovillos y prendas para exponer en la ciudad olívica. "Nosotros confeccionamos sobre todo zapatillas, gorros, bufandas y mantas, pero también hacemos chaquetillas, lo que nos pidan la verdad", añade la artesana.

La 'fábrica' de calceta de Rita Carvalhas se encuentra en Vila do Conde, una ciudad de Oporto. Reconoce que tienen marcada esta cita en el calendario no solo por las ventas, sino por el aprecio de los vigueses a sus prendas. "Aquí saben valorar lo que cuesta calcetar y lo que implica confeccionar un jersey enteramente de lana o algodón. En Portugal la gente no le da mucho aprecio, pero aquí sí, que valoren tu trabajo se agradece, además se vende mucho más aquí, el resultado de otros años ha sido muy bueno, así que repetiremos", relata la artesana lusa.

Rosa Castro también es otra habitual de esta feria, 15 años de asistencia la avalan. Explica que a este tipo de productos nunca le va a ir mal, ya que cuentan con una clientela muy fija independientemente del emplazamiento de la feria. "Antes estábamos junto a Renfe y venía la misma gente que si nos vamos ahora para otra zona. Tenemos una clientela muy fiel que, ayudada por las fechas, vienen aquí a hacer sus compras. Abrimos hace un par de días y ya tuvimos mucho movimiento. No siempre compran pero miran y se quedan asombrados con que todo está hecho a mano", comenta Castro.

El puesto atendido por Miriam Vázquez es de una tienda de Zaragoza y este es el segundo año que acude a Vigo. "Lo más importante de esta feria es la gran variedad de productos que te encuentras. Por internet puedes ver muchas cosas, sí, pero aquí las ves de verdad, puedes tocarlas y ver que es el fruto del trabajo real de una persona", narra la artesana.