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Siete artistas vuelven a las raíces de la música en Ponteareas

Crean sinergias en una nueva residencia artística

Los siete artistas participantes.

Los siete artistas participantes.

Ponteareas

Ponteareas se transformó esta semana en un laboratorio musical gracias a la celebración de la Residencia Creativa Musical Interritmos-Raíces Vivas. Durante cuatro días, siete músicos se sumergieron en un espacio de creación e intercambio, donde la música tradicional gallega y el flamenco se encontraron y dialogaron de la mano de grandes referentes del mundo de la música.

El proyecto, impulsado por el Grupo de Desarrollo Local (GDR) Terra e Auga, respaldado por la Fundación Paideia y Paco de Lucía, y apoyado por el Concello de Ponteareas, creó un lugar donde los siete participantes encontraron su espacio de creación y aprendizaje.

«Busco un lugar en el mundo del arte y en la música que me inspire de nuevo», contaba Alonso, pianista ferrolano recién graduado en interpretación clásica. Para él, la experiencia supuso un descubrimiento «me interesaba esa conexión con la raíz. Siempre que escucho algo nuevo procuro captar su esencia».

María Reiris, vecina del municipio, define la experiencia como «súper enriquecedora». Ella es profesora de canto moderno y miembro de un grupo local que fusiona diversos estilos y asegura haber aprendido mucho estos días.

La convivencia se convirtió en parte esencial del aprendizaje. Compartir espacios, dormir en un sitio común o improvisar al caer la tarde. «Estar aquí te obliga a estar presente y enfocado», resume María.

Otra de las participantes es Úrsula Rial, quien asegura que «traía una propuesta muy definida» y que «solo necesitaba el último empujón que encontré aquí». Almas con Cor es su proyecto personal que mezcla «danza, performance, música electrónica y raíz gallega desde una mirada feminista y experimental», explica Rial.

Por su parte, Pedro Villanueva, clarinetista formado en jazz, encontró en Ponteareas un espacio para reconectar con su origen. Su nuevo proyecto, aún en gestación, pretende continuar la línea de su anterior trabajo, fusionando el jazz con músicas populares, desde una perspectiva más emocional.

Lidia India destaca de la residencia la capacidad que ofrece para conectar con personas «desconocidas» pero con cosas en común. Además, la artista cuenta que su proyecto personal se enmarca en la música de raíz gallega.

Por último, Paul Álvarez y Habló Pablo, llegaron a la residencia, el primero, desde la inspiración flamenca, y el segundo, desde el mundo del rap y la poesía slam. Ambos aseguran que el profesorado ha sido excepcional, del mismo modo que agradecen que se lleven a cabo este tipo de iniciativas, que «ofrecen a los artistas un espacio de creación y aprendizaje único».

La Residencia Creativa Musical dejó así una huella de aprendizaje colectivo, pero también de comunidad y cercanía. Lo que empezó como una propuesta formativa se convirtió en una red de colaboración entre artistas que comparten la voluntad de mantener viva la música tradicional gallega, desde diferentes ámbitos.

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