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Entrevista | María Rouco Costas Enferma de cáncer de mama metastásico

«¿Por qué no tengo derecho a una vida digna el tiempo que me quede?»

Todo se teñirá de rosa el próximo día 19 por el Día Mundial del Cáncer de Mama. Cinco días antes, ayer, se conmemoró el dedicado a la misma patología pero en estadio metastásico, que «ni es rosa ni bonita». «El cáncer es vomitar en un cuarto de baño sin poder moverte». Así de crudo lo muestra María Rouco, una nigranesa que lo padece y que reivindica investigación, acceso a más tratamientos y ayudas dignas

María Rouco, ayer, con su pareja, Bernardo, un gran apoyo en esta lucha

María Rouco, ayer, con su pareja, Bernardo, un gran apoyo en esta lucha / Marta G. Brea

Val Miñor

Fue diagnosticada hace cuatro años de cáncer de mama y cuando «creía que estaba bien» se encontró con que tenía metástasis en los huesos. Un jarro de agua fría hace solo unos meses tras un largo proceso con hasta siete intervenciones quirúrgicas e incontables complicaciones.

María Rouco Costas es una nigranesa de 48 años muy querida en su entorno, tanto el físico como el virtual. Hasta hace tres meses regentaba la boutique Si Bwana en A Ramallosa y su legión de seguidoras en Instagram se ha encontrado hace unos días con un vídeo desgarrador en el que les contaba su situación.

Forma parte de la Asociación Española contra el Cáncer de Mama Metastásico, que impulsa la campaña «La M que falta» para dar visibilidad a las dificultades que atraviesan las mujeres en ese estadio y reivindicar, sobre todo, más investigación, acceso a más tratamientos y apoyo económico. Ayer mismo leyó el manifiesto del acto conmemorativo del Día Mundial del Cáncer de Mama Metastásico que se convocó en Nigrán.

—¿Falta visibilidad del cáncer de mama metastásico?

La gente no distingue porque el cáncer siempre ha sido un tabú o porque se han empeñado en ponerlo bonito y rosa. El cáncer no es rosa ni bonito, es vomitar en un cuarto de baño sin poder moverte. Parece que si tienes cáncer tienes que ser feliz y estar estupenda con un pañuelito rosa en la melena. Es que no puedo ni ver todo eso.

—Contarlo así ante la cámara no ha debido ser fácil.

Claro que es duro, pero yo soy partidaria de contarlo porque lo que no se cuenta no se ve y la gente no sabe qué hay detrás del cáncer. Detrás hay familias. Yo tengo dos hijos que saben que su madre se puede morir, o se va a morir. Tenemos que dar a conocer lo mal que estamos, lo mal que estamos cuidando a las mujeres. No es cierto lo del color de rosa, ni eso que dicen de que se invierte, de que se dona... Marcas de lencería se pintan de rosa y luego no tienen un sujetador para mujeres mastectomizadas...

Luego lo que nos pagan. A mí me han dado una incapacidad permanente y me pagan 917 euros al mes, no sé si comer o pagar el alquiler, ¿qué hago? Tengo compañeras aún peor. Una de A Coruña viviendo en un séptimo, con bombona de oxígeno para respirar y dos niños pequeños y le pagan 600 euros...¿Por qué no se habla de esto? ¿Por qué no tenemos derecho a cobrar el salario mínimo? ¿Por qué no tengo derecho a una vida digna el tiempo que me quede? No tienen derecho a poner fecha a nuestra muerte

—Reivindican también investigación y acceso a tratamientos.

Yo tengo derecho a dos tratamientos, uno es limitado porque llegará un momento en que no haga efecto. Lo siguiente es la quimioterapia y no tengo más en Galicia. En esta situación, lees mucho y te informas, claro, y tendría que irme al Vall d’Hebron Institut d’Oncologia de Barcelona para los tratamientos que me quiero dar, pero tendría que pagarlos y son carísimos. Me parece una injusticia que no se financie nada. ¿Qué somos? ¿Enfermos de segunda?

María Rouco lee el manifiesto por el Día Mundial contra el Cáncer de Mama Metastásico, en un acto celebrado en Nigrán. 13 octubre 2025

María Rouco lee el manifiesto por el Día Mundial contra el Cáncer de Mama Metastásico, en el acto celebrado ayer en Nigrán. / @dnilo_0

«En Povisa jamás me hicieron un TAC en 4 años de cáncer y no vieron las metástasis»

Al dolor físico y emocional de su dura enfermedad, María Rouco suma la rabia «por la falta de profesionalidad de Povisa» y ha puesto su caso en manos de abogados. «Me diagnosticaron hace cuatro años y en este tiempo me hacían analíticas cada 6 meses, jamás me hicieron un TAC», explica.

Tras varios pasos por urgencias con fuertes dolores sin solución, decidió cambiarse al hospital Álvaro Cunqueiro y «al hacerme el TAC salió todo». «Tengo metástasis en la columna, en una costilla y en el esternón y tengo un riesgo alto de que una de esas metástasis invada un órgano blando como un riñón y eso sería muy comprometido», relata.

«Tampoco me habían visto una hernia discal enorme y un aplastamiento vertebral en el coxis. Todo eso me deja las piernas sin fuerza y sin poder caminar. El tratamiento son parches de fentanilo que también me dejan sin fuerza y desanimada», lamenta.

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