El Capitán Nemo emerge de nuevo frente a la isla de San Simón

El conjunto escultórico del Capitán Nemo ya vuelve a lucir en la playa de A Punta de Cesantes, frente a la isla de San Simón. Durante casi dos meses, los dos buzos que se encuentran junto al pedestal fueron restaurados por el estudio de Sergio Portela debido al deterioro que presentaban por la acción del mar y los moluscos adheridos a las figuras.

Los trabajos han sido financiados por la Consellería de Cultura, Lingua e Xuventude con una inversión de 14.500 euros. El titular de este departamento de la Xunta, José López Campos, acudió este miércoles al arenal redondelano para comprobar el resultado de la actuación, que puso como ejemplo «da nosa implicación coas demandas das administracións locais para a conservación dos puntos de interese cultural nos seus concellos».

Los estudios previos realizados sobre el conjunto detectaron el mal estado de los buzos derivado del propio lugar en el que se encuentran por la acción de la subida y bajada de la marea. Las piezas sufrían la invasión de conchas de lapas y mejillones, la falta de algún complemento e incluso algún desprendimiento, por lo que desde la Asociación Cultural Alén Nós y posteriormente desde el propio Concello de Redondela, se solicitó una intervención de la que se hizo cargo la Consellería de Cultura, Lingua e Xuventude.

Dadas las características de su localización y las limitaciones que suponen los cambios de la marea, las figuras fueron trasladadas hasta el taller de Sergio Portela —uno de sus autores—para su limpieza e reparación el pasado mes de agosto y ahora devueltos de nuevo a su emplazamiento, «onde agardo sigan a gozar da súa peculiaridade tanto veciñanza como visitantes», apuntó López Campos, que estuvo acompañado por el director xeral de Cultura, Anxo M. Lorenzo.

Las estatuas llevan la firma de Silverio Rivas —fueron instaladas en el 2004 por los artistas Moncho Lastra y el propio Sergio Portela— y se erigen como homenaje a las menciones a la ría de Vigo y a la Batalla de Rande que realiza Julio Verne en su novela «Veinte mil leguas de viaje submarino».

El conjunto escultórico ya había sido retirado en 2011 para una primera reparación, que se demoró hasta inicios del 2012. Trece años más tarde, el Capitán Nemo regresa a su emplazamiento habitual, la playa A Punta de Cesantes, tras un segundo 'lifting'.