Couso, un monte con carta de derechos

Un pionero plan de autoprotección guardará desde hoy a la superficie comunal de Couso, en Gondomar, de cualquier expropiación o proyecto industrial. Los comuneros lo aprueban en asamblea y se lo ofrece a otras comunidades.

Participantes en la ruta artística «Os sentires do monte», en Couso.

Participantes en la ruta artística «Os sentires do monte», en Couso. / CONCOMITENTES

Gondomar

«Eu, monte do Couso, actuando en nome propio, con plena capacidade de obrar e legal, por estar debidamente formalizada na Comunidade de Montes Veciñais en Man Común de Couso, libremente declaro neste acto e por medio do presente documento fago público, de acordo coa normativa aplicable, o Plan de Autoprotección que a partir da data será de aplicación á miña actual delimitación xeográfica comunitaria». El monte de la parroquia gondomareña de Couso no solo tiene voz, sino también una carta de derechos como los fundamentales o los humanos. Los comuneros la aprobarán hoy en asamblea con el fin de blindar sus 330 hectáreas «contra calquera agresión en forma de expropiación ou de proxecto industrial, como poden ser as minas, os eólicos, celulosas...», explica su presidente, Xosé Antón Araúxo.

Se trata del primer plan de autoprotección pensado para un espacio comunal en Galicia en el que el propio medio habla en primera persona y reivindica su «dereito a manter o seu aire, auga e solos libres de contaminacións», «dereito á conservación da biodiversidade e da súa memoria cultural» o «a ser un espazo seguro para a vida humana e non humana».

El documento, que puede sentar precedente y que los comuneros ofrecen a otras sociedades mancomunadas, plantea medidas concretas para garantizar que se cumplan esos derechos y se asegure la sostenibilidad a largo plazo. Entre ellas, destacan la sustitución progresiva de especies pirófitas como el eucalipto por especies autóctonas, reduciendo así el riesgo de incendio, una máxima que la comunidad de montes de Couso persigue desde hace años y por la que ha sido reconocido a nivel internacional por organismos como la ONU.

Plantea también el fomento del uso sostenible del monte para su conservación y contribución a la lucha contra las crisis climática y de la biodiversidad, en lo que destacan los comuneros de Couso por la diversificación de los usos de la superficie forestal con plantaciones como la de arándanos, setas o castañas, o en la creación de espacios culturales como el Bosque da Lingua, o de ocio como la piscina habilitada en una antigua presa de regadío.

Propuesta artística

El plan apunta también a la necesidad de reforzar la cultura comunal y de la autogestión a través de iniciativas como la fiesta ritual «Os sentires do monte», la propuesta artística que resultó el año pasado del proyecto Terra Común de la entidad Concomitentes —una productora cultural sin ánimo de lucro que promueve obras de arte conectadas con su entorno social—, en el que participó la comunidad de montes en el marco de otra iniciativa europea, Art Living Lab for Sustainability, financiado por la Comisión Europea.

Además de crear una ruta sensorial a modo de obra artística aquel trabajo sirvió para crear este plan de autoprotección que apuesta además por la defensa legal activa frente a expropiaciones o proyectos industriales contrarios a los principios de la comunidad.

Con este plan, Couso da un paso más en su compromiso con la gestión ecológica, comunal y con derechos propios del monte, ofreciendo «un modelo replicable para outras comunidades que desexen protexer os seus bens naturais e culturais», indica Araúxo.

Esta norma autoimpuesta por los comuneros supone «un avance na defensa da naturaleza en tanto esta deixa de ser un obxecto a salvagardar para pasar a ser un suxeito de dereito», añade.

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