«He llevado las colmenas a Lugo para salvar parte de la producción»

El apicultor salcedense Joseba Aramburu alerta que la avispa asiática sigue siendo un grave problema y que las medidas para combatirlas «no son suficientes».

Joseba Aramburu muestra como las abejas bloquean la entrada en  la colmena a las velutinas en su colmenar de Salceda.

Joseba Aramburu muestra como las abejas bloquean la entrada en la colmena a las velutinas en su colmenar de Salceda. / ANXO GUTIÉRREZ

Salceda de Caselas

La avispa velutina llegó a Galicia hace diez años y no parece que vaya a marcharse pronto. Su presencia se ha vuelto un problema sanitario, económico y ambiental, para el cual «no estamos encontrando la solución», alerta el apicultor Joseba Aramburu, afincado en Salceda de Caselas. Aramburu denuncia que, a pesar de los anuncios de la Xunta de que se han capturado miles de reinas de esta especie invasora, no es suficiente y que la única solución eficaz que ha encontrado él es escapar del problema y llevarse parte de las colmenas a Lugo, donde, dice, «también hay velutinas, pero llegan más tarde y se van antes».

Aramburu, que cambió el baloncesto profesional por la producción artesanal de miel, instaló sus colmenas en Salceda de Caselas y, bajo la marca Abella Leda, ya ha recibido varios premios tanto a nivel nacional como internacional. Premios que se ven empañados por la amenaza asiática, que el año pasado se cobró cerca de un centenar de sus colmenas. «Con la avispa velutina, las abejas se ponen a la defensiva y no salen del colmenar, por lo que no entra alimento y acaban muriendo», explica el apicultor, apuntando que, sin alimento, la reina no produce la miel.

«El año pasado, viendo la situación, me llevé algunas colmenas a la finca de un amigo en Lugo y gracias a eso conseguí salvar parte de la producción», detalla Aramburu, apuntando que «allí estoy teniendo la producción que voy a vender el próximo año». Explica que en el interior el problema dura menos y que en la costa la velutina puede vivir durante más tiempo.

Una plaga

Además de en Salceda, Aramburu también tiene algunas colmenas en Salvaterra, donde la presencia de velutinas es algo menor que en Salceda. En este sentido, lamenta que la Xunta no ha puesto todavía las trampas que le corresponde a su parroquia, San Esteban de Budiño, y reclama más implicación por parte del gobierno gallego para combatir esta plaga. «Lo que hacen ayuda, pero habría que hacerlo mejor, está claro que no es suficiente», destaca el apicultor salcedense, que, de manera particular, también instala trampas con líquido atrayente para capturar a las avispas asiáticas. «Es la única medida legal que podemos tomar los apicultores», lamenta Aramburu, recordando que, además de las consecuencias económicas que la invasión de velutinas tiene para el sector, también «es un grave problema sanitario; se ha muerto gente».

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