Dulce jubilación a los 82

María del Carmen Álvarez 'Chiña' se ha jubilado con 82 años. Con el punto y final a su vida laboral cierra la pastelería La Marquesina, un negocio que compartió casi sesenta años con su marido, Julio Sousa Sousa, fallecido en diciembre de 2023, con 89 años

De izquierda a derecha, Antía, Chiña, Santiago y Andrea.

De izquierda a derecha, Antía, Chiña, Santiago y Andrea. / D.P.

Ponteareas

La emoción se refleja en su rostro. Es la hora de cerrar una puerta que no volverá a abrirse. Quien recoge, con un semblante que mezcla la tristeza y la melancolía, es María del Carmen Álvarez Puentes 'Chiña', una mujer menuda que ya ha cumplido los 82 años, y que arrancó, a golpe de empaquetar pasteles y tartas, los domingos y festivos de los calendarios durante más de medio siglo en Ponteareas. La acompañan dos de sus tres vástagos, su hija Antía y su hijo Santiago, además de su nieta Andrea.

«Canto levo traballado!», dice, mientras con su ojos hace el ademán de querer proyectar la película de su vida. «Non sei canto levo cotizando, porque primeiro estiven en Fontenla, 16 anos, e despois aquí, case sesenta».

Su pastelería se denominaba La Marquesina y estaba situada a pocos metros del Ayuntamiento. Desde la puerta se visualiza perfectamente la entrada a la consistorial y el balcón presidencial, desde donde saludó Alvaro Pino en el 86, cuando ganó La Vuelta y donde, a veces, se colocan banderas ondeando a media asta, como cuando murió Franco, y de eso hace mucho. «Montamos no 66, e foi un sen parar ata hoxe», dice.

Julio Sousa Sousa, su marido, era el maestro repostero. Los dos componían un tándem perfecto. Él se pasaba horas en el obrador controlando las masas y elaborando, sin mezclas raras, merengue como el que se hacía cien años antes. Ella era la responsable del mostrador, no necesitaba ordenador ni nada parecido para los pedidos, que anotaba minuciosamente en una libreta. Sabía cómo atender a los clientes y clientas, siempre con palabras cariñosas, y acordándose del nombre o del apellido. La muerte de Julio ocurrió solo hace año y medio y se quedó un poco coja. «Tiña 89 anos e morreu sen sufrir, merecíao, era un home moi bo, sempre o foi», recuerda.

Con su retirada total —disfrutaba de un régimen de jubilación activa—, Ponteareas pierde una pastelería emblemática «con materia prima de primeira e pasteis grandes, que tiñamos que vender máis caros para ganarlle algo, pero agora xa está».

Antes de girar la llave da las gracias a la clientela, a sus empleados Fernando, Mari Luz y Pilar y a todas las personas que trabajaron en la empresa este tiempo.

Santiago dice que la decisión de cierre es fundamentalmente porque su madre necesita descansar «tras muchos años de trabajo» y precisamente cerraron las puertas antes de las fiestas para que pueda este año disfrutar de las mismas «ya que ella no conocía domingos ni festivos». Este Corpus, después de 59, no estará La Marquesina abierta.

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