San Xurxo vuelve al pasado

Vecinos de los barrios de Vendanova-Carretera Abaixo, Mariña y Barrio do Outeiro son los encargados de revivir la tradición de las espadanas, que no se realizaba desde mediados de los años ochenta, gracias a su trabajo en equipo.

Sobre estas líneas, el Desfile de las Espadanas de San Xurxo este año.

Sobre estas líneas, el Desfile de las Espadanas de San Xurxo este año. / D.P.

Lara R. Mira

Salceda de Caselas

La parroquia de San Xurxo, en Salceda de Caselas, ha recuperado el tradicional Desfile de Espadanas. El año pasado retomaron su celebración, que no se realizaba desde los años ochenta, y en este 2025 ha resurgido con más fuerza.

Tres barrios, Vendanova-Carretera Abaixo, Mariña y Barrio do Outeiro, son los encargados de revivir esta tradición marcada por la colectividad y el trabajo en equipo.

Las espadanas son unas estructuras metálicas completamente decoradas y que en el caso de San Xurxo, llevan seis roscas y botellas de sidra o muñecas de porcelana, que posteriormente se subastan.

Tal y como marca la tradición, cada uno de los barrios hace su propia espadana con la ayuda de los vecinos, que comienzan tan solo una semana antes a decorarla. «Quedan a través de un grupo de WhatsApp. Se marca un sitio donde realizar la obra, que suele ser el bajo de una casa, y los vecinos van apareciendo», relata Manolo, presidente de la comisión de fiestas. Sin duda, un claro ejemplo de cómo la tecnología puede ayudar a mantener viva una tradición.

El domingo es el día en el que las espadanas salen al paso. La banda de música sube desde el centro de Salceda hasta la plaza de San Xurxo, acompañado por las personas que realizaron las obras.

Por el camino, van recogiendo las tres espadanas hasta situarlas en la plaza de San Xurxo, donde tendrá lugar el desfile. Una vez realizado este, es el momento de la popular puja de Santa Bárbara, cuyo objetivo es conseguir financiación para las fiestas.

La puja tiene gran acogida también entre visitantes de pueblos colindantes. Allí todo tiene cabida, desde las roscas que llevan las espadanas hasta plantas o la famosa merluza, que es el momento más esperado.

Concretamente, en la puja de este 2025 se recaudaron más de 1.500 euros. Así, algunas de las roscas llegaron a venderse por 75 euros, la merluza al mismo precio y algunas plantas, cuyo valor de mercado rondan los cinco o diez euros, alcanzaron los cincuenta euros durante la subasta.

En sí, la tradición de las espadanas y la subasta popular son una expresión de identidad. En un tiempo donde lo individual parece interponerse a lo colectivo, San Xurxo recuerda cada año con más arraigo que la cultura y las tradiciones se mantienen trabajando en equipo.

Una mirada al pasado, a través de ojos más jóvenes, que entienden este acervo como parte fundamental de cada sociedad.

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