La obra de la plaza Victoria Cadaval de Sabarís destapa diez metros de calzada medieval

Está unida al puente sobre el río Groba, del siglo XV, y quedará a la vista en el espacio público

El hallazgo obliga a modificar el proyecto que el Concello prevé terminar en un mes

El tramo de calzada medieval que da continuidad a la llamada Ponte Vella en la plaza Victoria Cadaval.

El tramo de calzada medieval que da continuidad a la llamada Ponte Vella en la plaza Victoria Cadaval. / Jose Lores

Baiona

Como cabía esperar en un punto clave del comercio baionés a lo largo de los siglos, la plaza Victoria Cadaval escondía algún tesoro patrimonial bajo el pavimento. La reforma del centro neurálgico del barrio baionés que alberga uno de los mercadillos más antiguos de Galicia con más de 500 años de historia, ha sacado a la luz un tramo de la antigua calzada medieval que fue Camiño Real, la principal vía de comunicación entre localidades desde la Edad Media.

Son  diez metros del tramo que da continuidad al puente sobre el río Groba, del siglo XV, conocido como Ponte Vella, cuyo hallazgo ha obligado a realizar una modificación del proyecto de rehabilitación del espacio público, que financian Diputación y Concello con aportaciones de 464.000 y 126.150 euros, respectivamente.

Tanto el gobierno municipal como la Dirección Xeral de Patrimonio tenían claro antes de iniciarse los trabajos que bajo la elevación de la plaza «tenían que aparecer vestigios históricos», explica el concejal de Urbanismo, José Ángel Bahamonde. Se trata de un espacio con actividad comercial documentada desde hace siglos y «el informe de Patrimonio decía que tenía que realizarse un control arqueológico exhaustivo desde el primer momento».

Los trabajos comenzaron en enero y en cuanto se retiraron las losetas y se excavó para rebajar la cota de la plaza a la altura de la calzada anexa, para crear un entorno de plataforma única más accesible, aparecieron los restos de los pretiles laterales del vial «prácticamente intactos» y con una cimentación de 2,40 metros de profundidad, según revelan las catas realizadas junto al puente. El pavimento pétreo del vial también es visible, aunque no en su totalidad. Los estudios arqueológicos datan el material en el siglo XV, como el puente. De la vía romana sobre la que se supone se construyó el Camiño Real no hay ni rastro, señala el edil.

Patrimonio requirió modificaciones en el proyecto que ya ha validado, afirma Bahamonde, y que consisten en dejar uno de los muros que flanquean el antiguo vial a la vista para dar testimonio de su presencia. «Solo se puede descubrir un lado de la infraestructura porque el otro impediría el acceso a las viviendas del entorno», apunta el concejal. El resto del hallazgo quedará cubierto con material geotextil para garantizar su conservación.

La excavación destapó también una antigua «levada», una canalización del agua del río Groba para alimentar los molinos existentes río abajo, uno de ellos donde hoy se sitúa el restaurante Barro y el otro unos metros más hacia el mar. «Se trata de una tagea construida íntegramente en granito», destaca Bahamonde, que el informe arqueológico sitúa entre los siglos XVIII y XIX y que se cubrirá antes de terminar la obra.

El gobierno municipal prevé finalizar la intervención en cuestión de un mes —«a finales de junio», espera Bahamonde—. Será un espacio en el que el peatón tendrá preferencia, con pequeños jardines y elementos de agua, en el que quedan renovadas además las tuberías.

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