Arte y salud en un paseo al aire libre entre murales en Nigrán

Un artista vigués pinta siete obras entre las playas de A Madorra y Patos que trazan, al mismo tiempo, una ruta de senderismo

En la ya especial postal de Nigrán se cuela ahora un nuevo atractivo: un conjunto de siete murales desde la playa de A Madorra hasta el arenal de Patos que guían una ruta de senderismo. Todos ellos, protagonizados por una mujer. «La zona me fascina, es espectacular, porque estás en el monte y en la playa al mismo tiempo», comenta a FARO el joven detrás de estas obras, conocido artísticamente como Beis331.

«Es un proyecto pensado como galería al aire libre que invita, al mismo tiempo, a realizar un camino de casi 6 kilómetros», abunda el vigués de 24 años, que ha presentado esta iniciativa, bautizada como ‘Olladas ó mar’, como trabajo de fin de grado de Diseño Gráfico, carrera que estudia en Ourense.

Mural en...

Mural en... / Beis

El arte de Beis331 comienza en la playa de A Madorra, recorre varias calas, se corona en el mirador de Monteferro, prosigue por el entorno del faro de Punta Lameda y remata en el arenal de Patos. El trazado responde a la propia experiencia del joven, que suele salir a correr pisando los citados puntos: «Son lugares muy chulos, a algunos incluso solo se puede llegar a pie».

Las obras, que le han llevado un esmero de entre 8 y 13 horas, ocupan muros situados tanto en espacios de dominio público como en casas abandonadas -todo bajo permiso de uso-. Cada una de ellas cuenta con un código QR, un sello digital para capturar con el móvil que supone una ventana hacia toda la información referida tanto al propio muralista como al sendero.

«Otro de los propósitos es darles una segunda vida a estas paredes, pues muchas de ellas estaban hechas polvo», remarca el artista, que finalizó recientemente su proyecto tras dedicarle varias semanas.

Mujeres con el rostro azul

Cada una de las creaciones de Beis comparte dos singularidades: el retrato de una mujer con tonos azules y, de manera menos protagonista, unos trazos rojos. «Las facciones femeninas siempre me han parecido más interesantes», expresa.

En cuanto al color, ha escogido el azul porque es el tono que le transmite la zona debido a su proximidad al mar. Las líneas encarnados forman parte de su rúbrica personal.

Tras presentar sus particulares ‘Olladas ó mar’, el vigués aspira, a corto plazo, a hacerse un hueco como diseñador gráfico, pues «de los murales» no le «llega para vivir cómodamente». Con todo, en el futuro pretende dedicarse «exclusivamente a la pintura». «Es realmente lo que me gusta», sentencia.

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