El santuario de Isaac ya tiene quien lo cuide

Manuel García Prado, el vigués que le ayudó en los últimos tiempos a mantener limpio su rincón espiritual frente al Atlántico, seguirá «co seu labor coa mesma humildade e discreción que el tiña».

Homenaje musical a Isaac desde su santuario del mar en Baiona

FdV

Baiona

La maleza no ocultará sus vírgenes y «santiños», ni se caerán las piedras, conchas o estrellas de mar que con tanto mimo colocó una a una para decorar su santuario del mar. No se cumplirá, en principio, ninguno de los temores que persiguieron a Isaac Carneiro hasta que falleció este viernes y que manifestaba hace diez meses a este diario, cuando buscaba un relevo que se hiciera cargo de su gran obra junto a la playa de Os Frades, en pleno paseo de Monte Boi.

Lo tenía al lado sin saberlo. Manuel García Prado, el hombre que le ayudaba desde hace cinco años a limpiar los rincones más inaccesibles de la capilla al aire libre intentará «seguir co seu labor» siempre que el trabajo se lo permita «e coa mesma humildade e discreción que el tiña», explicaba ayer consternado por la pérdida del amigo que hizo por casualidad durante un paseo.

Natural de Vigo y con segunda residencia en Baiona, Manuel pasa los veranos y muchos fines de semana en la villa real. Fue su mujer la que entabló conversación con él un buen día y enseguida comenzó a echarle una mano:. «Gustoume moito o seu labor e o mérito que ten todo isto», señala. Aprovechaban las horas de trabajo para conversar. «Sempre che contaba algunha historia e aprendías moito del», recalca.

Marinero de toda la vida, Isaac inició este lugar para el recogimiento al jubilarse en 2001. Quería agradecer a la Virgen del Carmen su protección durante medio siglo de trabajo en el mar. Pero fue la Virgen de Fátima que tenía en casa la que lo estrenó y ahora son una decena las figuras que habitan el lugar.

El santuario de Isaac ya tiene quien lo cuide

La capilla al aire libre cargada de flores en homenaje a su autor. / Marta G. Brea

A todas ellas las adecentaba Isaac cada día hasta que la salud se lo permitió. Manuel lo acompañaba en muchas de las últimas visitas y le dedicaba ayer sentidas palabras. «Se tivese que destacar algo del sería a súa humildade, o gran corazón que tiña, a súa afabilidade, sempre dado aos demais e á súa familia, namorado de Baiona e do seu mar. O que sempre recordarei del serán eses ollos azuis cos que te miraba e ese sorriso co que dicía todo. Agora estará sorrindo desde o ceo. Foi un pracer coñecelo, compartir tempo con el e considerarme o seu amigo», afirma.

Pidió permiso a su familia para continuar con su legado y a sus sobrinos no solo les parece «moi ben», sino que también le agradecen «moitísimo o cariño» que demostró a su tío, comentaba ayer uno de ellos, José Luis González Carneiro.

Han sido muchas las muestras de respeto y aprecio hacia Isaac las que se han sucedido desde su marcha el viernes. La familia ha trasladado hasta el santuario las coronas, centros y ramos con que sus allegados se despidieron de él en el funeral y entierro. «Es lo que más le hubiera gustado», explica su sobrino.

Miembros del grupo de gaitas A Seneira tocaron unas piezas en su honor la mañana del domingo y han sido numerosos los vecinos que se han acercado al altar o han interrumpido su paseo diario por Monte Boi para dedicar unos minutos a recordarlo.

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