Los guardianes del tesoro de Nigrán
El mosaico romano de Panxón no solo se ha convertido en el gran símbolo del municipio desde su vuelta a casa hace un mes, pero también en una oportunidad laboral para tres jóvenes con diversidad funcional

Santiago, Sergio y Daniel, con el mosaico de Panxón, que puede verse en el salón de plenos hasta el lunes. / Cedida
Mereció la pena la odisea para traerlo de regreso a su lugar de origen. Seis años de trámites para repatriarlo desde Nueva York, donde fue localizado tras dos décadas sin saber de él... 1.800 kilómetros de viaje con escala en Londres, donde permaneció bloqueado más de un año y medio por la burocracia del Brexit... El mosaico romano de Panxón lleva un mes en casa y se ha convertido en la imagen de marca del municipio.
No solo su incalculable valor patrimonial lo convierte en un tesoro, sino la función social que ha cumplido a lo largo del último mes como oportunidad laboral para personas con dificultades de inserción. Tres jóvenes con diversidad funcional del centro especial de empleo Juan María Sin Etiquetas se han encargado de facilitar su exhibición en el salón de plenos, donde el gobierno municipal lo enseña al mundo antes de ubicarlo definitivamente en la biblioteca municipal.
Miles de personas han visitado allí la joya arqueológica del siglo III gracias a la labor de Sergio Fernández, Santiago Montalvo y Daniel Aldao —de 28, 32 y 17 años, respectivamente—. Los arqueólogos de la cooperativa Árbore se encargan de abrir la muestra, con visitas guiadas, pero de lunes a viernes —de 10.00 a 13.00 y de 16.00 a 19.00— lo hacen ellos. «Atienden a la gente y supervisan que todo esté en orden para las visitas», explica Vanesa Iglesias, coordinadora del centro especial de empleo que busca un futuro laboral a los usuarios del Juan María en sectores como el de la limpieza, jardinería, conserjería y comercio, entre otros. Los tres aseguran sentir «mucha pena» por que la exposición finalice este lunes 24 de marzo porque les «ha ayudado muchísimo».
La tarea, además del correspondiente salario, les ha aportado beneficios a la hora de «trabajar las habilidades sociales para atender a la gente, la buena presencia, la organización de horarios, poner el despertador, la responsabilidad. en el puesto de trabajo...Es una experiencia muy valiosa», recalca Iglesias.
Ellos han puesto todo de su parte para cumplir con la tarea. Especialmente Santiago, que es un apasionado de la historia del arte y por ello fue elegido por el centro para el puesto tras trabajar unos meses en la limpieza de un gimnasio en Vigo. «Hasta le han dejado comentarios de agradecimiento en el libro de visitas por su atención y sus conocimientos del tema», asegura la coordinadora.
Sergio compagina este empleo con la gestión del parking de A Ramallosa los fines de semana y con el de acompañamiento de transporte en el propio centro Juan María, trabajos gracias a los que se ha sacado el carné de conducir, que era su objetivo. «Está listo para dar el salto a la empresa convencional», asegura Iglesias. Para Daniel ha sido su primer empleo y le ha servido para «mejorar muchísimo a nivel de habilidades sociales», añade la coordinadora.
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