Xosé Solla, en el recuerdo artístico

Un enorme mural a lo largo del muro del nuevo aparcamiento en el centro de Arcade rinde homenaje a Xosé Solla, en el lugar que ocupó su casa-museo.

Un enorme mural en Arcade rinde homenaje a Xosé Solla

Pablo Cayetano

Antonio Pinacho

Antonio Pinacho

Soutomaior

Soutomaior se suma a la nueva tendencia en muchos municipios de combatir el feísmo en las calles con arte urbano. La última muestra puede contemplarse en la avenida Xosé Solla, en pleno centro de Arcade, donde el diseñador gráfico Emilio Bouzón Luna acaba de terminar un enorme mural de 17 metros de longitud con el que rinde homenaje al coleccionista y etnógrafo que da nombre a la calle.

La idea partió del Concello que encargó la obra a este artista local, de 49 años, que ya había colaborado con otros murales en la localidad y también diseñó el cartel de la popular Festa da Ostra. Aunque el objetivo era recordar la figura de Xosé Solla, que aparece reflejado en la obra con un retrato junto a la frase «Amou e coleccionou o noso pasado histórico», el autor tuvo libertad para diseñar la obra en la que recreó también los oficios tradicionales relacionados con el mar.

Xosé Solla, en el recuerdo artístico

El autor de la obra, Emilio Bouzón Luna, en plena faena. / PABLO CAYETANO

«Dividí el muro en varios espacios, el principal dedicado a Xosé Solla con su retrato y con la antigua fachada de su casa, que también albergó su museo, puesto que el nuevo aparcamiento se ubica precisamente en el lugar que ocupaba el inmueble. Y luego otra parte la dedico al trabajo en el mar basándome en fotos antiguas de mariscadores en su barca y las labores de retirada de las algas de la playa con la ayuda de un carro de bueyes», explica Emilio.

El autor también hizo un pequeño guiño a un tema de actualidad como es la dramática situación que vive Palestina, pintando un pajarillo con los colores de la bandera junto a una paloma de la paz. Además incluyó otros detalles como un lagarto y un gato mirando la luna, este último uno de sus sellos de identidad ya que aparece en todas sus obras y que hace referencia a su segundo apellido.

Xosé Solla, en el recuerdo artístico

El retrato de Xosé Solla en el mural. / PABLO CAYETANO

La obra es el resultado de casi tres meses de trabajo, ya que la tuvo que realizar durante los fines de semana para poder compaginarlo con su vida profesional como delineante y diseñador gráfico. «Le dediqué sobre todo los viernes y los sábados, aunque también me condicionó mucho las inclemencias meteorológicas, puesto que es un trabajo al aire libre», puntualiza. El trabajar a pie de calle fue lo más gratificante, puesto que los viandantes le daban su opinión y animaban. «Muchos se paraban a charlar un rato, la gente mayor me hablaban sobre Xosé Solla, me contaban anécdotas ya que todos lo conocían, y en general creo que les ha gustado el resultado final del mural», comenta Emilio, que se siente orgulloso de que la gente lo valore y aprecie.

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