Que vuelvan los pájaros que se llevó el fuego

Un total de 25 casitas nido de madera poblarán en los próximos días el parque forestal de Nigrán para recuperar las aves que desaparecieron con el trágico incendio de 2017 y devolverle la biodiversidad y el equilibrio natural.

Usuarios del centro Juan María, agentes de la brigada forestal municipal y del Distrito XVIII colocan las casitas.

Usuarios del centro Juan María, agentes de la brigada forestal municipal y del Distrito XVIII colocan las casitas. / FdV

Nigrán

No solo de reforestar vivirá el parque forestal Os Matos-Río Táboas. Han sido cientos los ejemplares de árboles autóctonos los que ha plantado la brigada forestal municipal para recuperar 42 hectáreas de monte que arrasó la terrible oleada de incendios de octubre de 2017 entre las parroquias de Camos y Chandebrito, pero las llamas no solo acabaron con la flora del espacio natural. A los animales les cuesta volver y el Concello tiene un proyecto para recuperarlos que empieza por las aves. Se trata de colocar un total de 25 casetas nido para atraer huéspedes con alas, pero también de realizar un estudio para conocer la situación de la fauna de la zona mediante videocámaras de fototrampeo, que graban al detectar movimiento.

La iniciativa arrancó esta semana con la instalación de 5 casitas de madera para pequeños pájaros donadas por la Consellería de Medio Rural. Agentes del Distrito Forestal XVIII de la Xunta participaron en la actividad con miembros de la brigada municipal y usuarios del centro Juan María de atención a las personas con diversidad funcional, que fabrican ya en el taller ocupacional de carpintería otras 20 cajas nido de tipologías diferentes, específicas para murciélagos, aves rapaces y aves nocturnas. “Dependendo da especie a caixa niño é diferente, cambian en función diso. O orificio de entrada, as medidas, o habitáculo e a súa distribución interior mudan en función do que se queira atraer”, explican los técnicos de la cuadrilla forestal local, que entregaron los planos detallados para la fabricación a los monitores.

“As aves, ao asentarse, axudan na dispersión de sementes, na polinización de plantas e no control de pragas, pois moitas delas aliméntanse de insectos. Isto converte as casiñas de paxaros nunha poderosa ferramenta natural de control de pragas, eliminando a necesidade de pesticidas e doutros produtos químicos que poderían danar o ambiente e a saúde do chan”, señala Carla Pérez, jefa de la brigada forestal. Como ejemplo, se calcula que una pareja de lechuzas necesita mil ratones para cebar a sus polluelos y un murciélago come hasta 1.200 mosquitos por hora.

Análisis de la diversidad

A los nuevos hogares aéreos, la campaña suma dos videocámaras de fototrampeo que, mediante sensores, graban las imágenes al detectar movimiento. Los aparatos se irán moviendo por todo el parque para confirmar la presencia o la ausencia de especies, estimar la diversidad, conocer la abundancia relativa de vertebrados terrestres y su densidad, definir patrones de actividad y detectar su comportamiento. «Queremos coñecer a fauna do parque en profundidade para establecer sempre medidas coherentes e acordes con ela, en resumen, trátase de acadar o necesario equilibrio», explican los forestales.

“Máis alá do estético e fermoso que resulta observar e escoitar variedade de aves, o certo é que contribúen ao necesario equilibrio ecolóxico e, aquí, entre os incendios do 2017 e posterior erradicación de eucaliptos e acacias faltan árbores de gran porte que ofrezan un refuxio axeitado ás aves, polo que as caixas-niño resultan especialmente apropiadas”, añade el alcalde, Juan González.

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