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Libros para esperar el bus en Gondomar

Los comuneros de Couso colocan “biblioparadas” en las cuatro marquesinas de la parroquia: “fomentamos a lectura e a desconexión do móbil”

Jóvenes vecinos de Couso disfrutan de los libros en la parada del bus. | // JOSE LORES

En Couso los viajes pueden empezar un rato antes de subir al autobús. Al menos los de la mente. Los usuarios del transporte escolar y de las líneas regulares a Vigo de esta parroquia gondomareña disponen desde esta semana de pequeñas bibliotecas en las cuatro marquesinas de los barrios de A Torre, O Abelar, As Laxes y As Bandeiriñas. Son las “biblioparadas” que la comunidad de montes ha creado para “fomentar a lectura e, de paso, conseguir que a xente desconecte un pouco do móbil, que sempre o collemos nestes momentos de espera”, bromea su presidente, Xosé Antón Araúxo.

Conocida ya por las originales iniciativas que le han valido un reconocimiento internacional de la ONU a la diversificación de los usos del monte en beneficio de la comunidad, la entidad ha echado mano una vez más de la creatividad para aprovechar sus recursos. Han tomado la idea de varios municipios españoles, entre ellos algún gallego como el de Lugo, para crear las primeras “biblioparadas” de la comarca miñorana. Con ellas animan los minutos previos a la llegada de los buses a los pasajeros y dan salida a los libros de la Casa Veciñal de Couso. “Temos unha pequena biblioteca pero non temos persoal nin capacidade económica para mantela aberta nun horario regular, así que se Mahoma non vai á montaña...”, explica Araúxo. La construcción fue sencilla y barata: “Fixemos os armarios cunhas caixas da vendima”.

Son medio centenar de ejemplares, principalmente cómics y novelas, los que han repartido por las marquesinas y ya han empezado a moverse. “Algunha nena deixou xa libros de intercambio e mesmo temos ofertas de doazóns”, señala el presidente de los comuneros que en los últimos años han creado una piscina comunitaria en una vieja presa de regadío, un espacio para divulgar la cultura gallega en la naturaleza que se llama Bosque da Lingua, un Bosque das Memorias para honrar a los seres queridos que ya no están con árboles, una plantación de setas shiitake y otra de frutos rojos para crear empleo y acabar con el monocultivo de eucalipto, una comunidad energética para el autoconsumo con placas solares...

Los usuarios de las “biblioparadas” pueden utilizar los libros mientras aguardan y devolverlos a la estantería antes de subir al bus, pero si la historia les engancha y deciden llevarse alguno deben dejar otro en su lugar para cumplir con las normas y garantizar un futuro a esta nueva idea del infinito think tank de los comuneros de Couso.

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