La falta de acuerdo entre Xunta y Concello frena el plan contra las riadas de Gondomar

Seis meses después de contratar Augas de Galicia las obras por 2,1 millones, siguen sin consensuar la reordenación del tráfico, que tendrá que desviarse de la circunvalación

Operarios realizan tareas de limpieza en el entorno de la plaza de abastos, tras una de las grandes riadas de diciembre.

Operarios realizan tareas de limpieza en el entorno de la plaza de abastos, tras una de las grandes riadas de diciembre. / ALBA VILLAR

El proyecto millonario que tratará de poner freno a las repetidas inundaciones en Gondomar se planteaba urgente este invierno, sobre todo tras las dos grandes crecidas que causaron graves perjuicios económicos durante las navidades. Y sobre todo para los afectados. Pero no parece que los trámites avancen con agilidad en los despachos. Augas de Galicia, organismo adscrito a la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, adjudicaba las obras a una coalición de constructoras por 2,2 millones de euros en noviembre. Seis meses después, se desconoce cuándo comenzarán. La falta de acuerdo entre Xunta y Concello las mantiene en suspenso.

Ambas administraciones firmaron un convenio para poner en marcha la intervención. La consellería que dirige Ethel Vázquez se comprometía a ejecutar y financiar íntegramente las obras y el Ayuntamiento, a poner los terrenos a disposición. El departamento de la Xunta remitió en enero un escrito al Concello de Gondomar para urgirlo a cumplir con ese trámite, imprescindible para desplegar la maquinaria. Y todavía sigue esperando, según indicaba ayer a este diario. Fuentes de la consellería reprochaban ayer también al gobierno municipal la “falta de implicación na procura de solucións alternativas para a circulación viaria”.

El alcalde afirma que no entregará los terrenos hasta que la consellería ofrezca alternativas para la circulación

La reorganización de la circulación no será sencilla. Los trabajos para ampliar el puente de Curros Enríquez y facilitar el desagüe de los ríos que confluyen en el centro urbano se prolongarán durante un año y obligarán a cortar la circunvalación de la localidad. El gobierno local afirma que no pondrá los terrenos a disposición de la Xunta “ata que nos digan por onde van meter o tráfico”, afirmaba ayer el alcalde, Paco Ferreira.

El regidor considera que es el Ejecutivo autonómico “o que ten que buscar alternativas ao querer cortar unha estrada da súa titularidade, ou construir a ponte por fases, primeiro un carril e despois o outro”. Ferreira asegura que en la última reunión mantenida con los técnicos “quedaron en traer unha alternativa para o tráfico, ben por estradas alternativas como pode ser Mañufe ou Morgadáns, ou liberando a autoestrada de peaxe, etc.”. Advierte de que no va a consentir “que metan 10.000 coches diarios pola peatonal, tráfico pesado incluido”.

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