Entrevista | Alfonso Pato Director del Festival de Cans

“El Festival de Cans y el audiovisual gallego han crecido en paralelo durante estos 20 años”

“Hemos construido un referente de la cultura en el mundo rural”

Alfonso Pato, director del Festival de Cans.

Alfonso Pato, director del Festival de Cans. / Anxo Gutiérrez

Se podría decir que el Festival de Cans, por donde estos días se pasean actores y directores gallegos de primer nivel, fue producto de la serendipia (circunstancia de encontrar por casualidad algo que no se buscaba). Nació de broma, en la barra de un bar de la parroquia más pequeña, pero ahora más famosa, de Porriño. Este año cumple su vigésima edición y su director, Alfonso Pato, hecha la vista atrás y considera cumplida la fundación del Festival como herramienta de transmisión entre el público y los creadores gallegos.

–Si hace 20 años le hubieran mostrado en lo que se ha convertido hoy en día el Festival de Cans, ¿qué hubiera pensado?

–Que me estaban engañando. No me creería que iba a estar, 20 años después, dando entrevistas porque no era la intención final. El festival fue algo que surgió de broma; de la broma fonética con la que siempre jugábamos en Cans por la coincidencia con el Festival de Cannes de Francia. Así, una tarde, en un bar, se creó la Asociación Arela y creyeron que yo era la persona idónea para estar al frente del proyecto. Y hasta aquí llegamos.

–¿Superó las expectativas?

–Sí, sin duda. Era impensable que en 2019 hubiera 15.000 personas aquí, en la aldea, en cinco días. Quién nos lo iba a decir en aquella tarde de 2004 cuando empezó esto, el mismo día que se casaban Felipe y Letizia. Recuerdo ver en la tele que en Madrid caía una lluvia tremenda y aquí hacia un día estupendo.

–¿Qué es el Festival de Cans?

–Podría hacerte muchas definiciones o contarlo muchas veces, pero aquí hay que venir. Aunque te lo cuente nunca vas a sentir la emoción que se siente estando aquí. Aquí hay una energía especial; algo que se mueve que es diferente a cuando te lo cuentan. Siempre pasan cosas que no están en el programa y siempre hay un factor emocional que yo creo que no tiene ningún otro festival.

–¿Qué lo hace especial?

–Muchas cosas. Aquí no hay ni cines ni palcos de música. Esto parte todo de cero. Que haya algo en un gallinero, un invernadero, en un bajo o en un cobertizo ya es de por sí una singularidad. Que las casas tengan todas el perro amarillo es una pasada. O que la gente se pasee en tractores. Son un montón de singularidades que hacen esto único. Hemos construido un referente de la cultura en el mundo rural.

–El Festival de Cans es un escaparate del audiovisual gallego. ¿Cómo ha evolucionado el cine hecho en Galicia en estos 20 años?

–Ha evolucionado muchísimo. Creo que Cans y el audiovisual gallego han ido de la mano en estos 20 años y han crecido en paralelo, apoyándose el uno en el otro. Han pasado muchas cosas, han surgido nuevos cineastas y muchos de ellos han nacido y crecido aquí en Cans, como Álvaro Gago, que está este año aquí con Matria; Kike Otero, que presenta Honeymoon en Cans o Alberto Vázquez que viene también a Cans con Unicorn Wars. Te puedo hablar de mucha gente, desde Dani de la Torre, pasando por Ángel Santos o Sonia Méndez. Todos ellos han sido premiados aquí, Cans ha ayudado a construirlos como cineastas.

–Han pasado muchos cineastas y profesionales del cine por Cans durante estas 20 ediciones. ¿Recuerda alguno con especial ilusión?

–Me hizo mucha ilusión que viniese José Luis Cuerda, al que recordamos con mucho cariño. Acababa de estar muy enfermo y vino a Cans y se lo pasó muy bien con los vecinos. Me hizo mucha ilusión Fernando Trueba; estuvimos muchos años intentando que viniese y también se lo pasó genial; o Isabel Coixet o Fernando León. Son nombres de primer nivel.

–¿Qué futuro le depara al festival?

–A mí lo que más me obsesiona es hacer una transmisión generacional del festival y que se pueda mantener en el tiempo, seguramente relevando a las personas que ya llevamos mucho tiempo, que nos ilusiona mucho esto, pero a veces es muy ingrato a nivel administrativo. Somos prisioneros de la burocracia, es lo que más nos quema. El resto es muy emocionante, la relación con los vecinos, con los actores, con directores. Es maravilloso, pero claro, nosotros ya vamos cumpliendo años, muchos tenemos familias, por lo que estamos formando poco a poco a los más jóvenes para que sean ellos quienes cojan esto en el futuro y no se venga abajo.

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