Alumnos de Tomiño diseñan la bandera del Lanzo da Cruz

La secular cita transfronteriza que reúne a los pescadores de ambos lados del río Miño se celebrará el próximo 10 de abril

Escolares del colegio de Sobrada y los organizadores del Lanzo da Cruz, con la bandera diseñada.

Escolares del colegio de Sobrada y los organizadores del Lanzo da Cruz, con la bandera diseñada. / Carlos Ponce

El tradicional Lanzo da Cruz de Tomiño estrenará este año bandera, un elemento que ondeará en todos los actos de esta fiesta secular y transfronteriza que este año se celebrará el próximo 10 de abril, el lunes de Pascua. Los niños del colegio de Sobrada fueron los encargados de diseñar esta bandera que se convertirá en emblema de una romería histórica que se realizaba a lo largo del último tramo del río Miño y que en la actualidad solo se conserva en la parroquia tomiñesa de Sobrada y en la freguesía de Cristelo Covo, en Valença.

La iniciativa surge de la asociación cultural Lanzo da Cruz, que se encargó de explicar al alumnado de este centro educativo el origen y la historia de esta cita que festeja el ancestral mundo de los pescadores en la que el religioso y el pagano caminan de la mano. Capitaneados por una comisión integrada por niños de 4º, 5º y º de Primaria, en el diseño y creación de la bandera se implicaron chavales de todos los cursos del centro que fueron realizando diferentes tareas para idear una bandera que también servirá de emblema a la propia asociación cultural.

Tras realizar varios bocetos, escogieron los elementos que consideraban más representativos de esta romería, como el propio río. El fondo de la bandera “representa las escamas de la lamprea, el río y la red con la que se pesca”. No podía faltar en el dibujo también una lamprea “y una cruz que representa la unión de los dos países y en la que colocamos el nombre de Sobrada y Cristelo Covo”, como explicaron los pequeños durante la entrega de la bandera a la asociación Lanzo da Cruz. Una representación de la unión entre países que también intentaron recoger con los barcos dibujados a los lados y en los que figuran “las personas más importantes de esta fiesta, los músicos y los pescadores”. En la bandera no podían faltar los chimpines, “en los que mucha gente acude a la romería, así como las banderillas que los van decorando con el nombre de la fiesta”.

El Lanzo da Cruz es una cita transfronteriza que reúne a los pescadores de ambos lados del Miño para pedir que haya una buena pesca en la temporada fluvial. En ella, el párroco sube a las barcas, bendice las embarcaciones y las redes, y luego va en procesión por el río a visitar la orilla portuguesa, donde ofrece la cruz para besar y bendice a los romeros del lado contrario para asegurar un buen año de capturas y proteger a los pescadores. El cura portugués repite el mismo proceso en el margen gallego.

Así, mientras las embarcaciones navegan hacia el país vecino, los pescadores echan las redes para ofrecer a los sacerdotes la primera lamprea. Una tradición que, como cuenta la historiadora Natalia Jorge, nace “de la importancia en aquella época de tener buena pesca o el “perjuicio económico y vital que suponía perder las redes, los barcos o que alguien se ahogara”.

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