La reparación del paseo de Baredo tendrá que esperar

Reponer el tramo de 60 metros que arrancó la riada hace un mes costaría 100.000 euros y el Concello de Baiona busca una alternativa más duradera que la pasarela de madera

Lo que queda de la pasarela en el tramo medio de la senda fluvial tras las riadas de hace un mes. |   // R. GROBAS

Lo que queda de la pasarela en el tramo medio de la senda fluvial tras las riadas de hace un mes. | // R. GROBAS / Neli Pillado

Baiona se quedará por el momento sin uno de sus paseos más concurridos. Buena parte de la senda fluvial del río Fraga, en la parroquia de Baredo, permanece cerrada a los viandantes desde que la crecida se llevó por delante un tramo de más de 50 metros. Su reparación supondría a 100.000 euros, según los datos que maneja el teniente de alcalde y concejal de Urbanismo y Vías e Obras, Óscar Martínez. Una cantidad rondaría el 10% del presupuesto municipal anual, “elevada” para gastarla en una infraestructura tan vulnerable y expuesta a las riadas y temporales, considera el edil. De ahí que el gobierno municipal busque alternativas más duraderas y haya encargado un proyecto técnico.

El Concello gasta 3.000 euros al año en el mantenimiento de la pasarela

La idea es llevar el sendero por la ribera del río allí donde sea posible y colocar lo mínimo necesario de voladizo de madera. “O que se pretende é que dure no tempo e que non interrumpa o tránsito normal do río”, señala el edil. Se aprovechará el colector de saneamiento paralelo al cauce para colocar encima planchas prefabricadas de hormigón y tierra compactada para habilitar un camino respetuoso con el entorno. Es la misma filosofía que sigue el proyecto que el Ayuntamiento prevé sacar a concurso en breve para reestructurar el tramo contiguo al ahora destrozado como consecuencia de las lluvias torrenciales de diciembre.

El paseo fluvial del río Fraga, cerrado a los peatones por los daños de la crecida.

El paseo fluvial del río Fraga, cerrado a los peatones por los daños de la crecida. / RICARDO GROBAS

La Diputación ha concedido una subvención de 217.114 euros con cargo al Plan Concellos para replantear un trecho de 220 metros de largo en el tramo alto de la parte más antigua del paseo, entre los lugares de O Sinal y Cancelo, unos metros río arriba del trecho ahora destruido por la avenida del río. El gobierno municipal decidió intervenir en el sendero, que se ha convertido en uno de los más transitados de la localidad desde su creación hace catorce años, debido a los costes de mantenimiento que genera a las arcas públicas. Y es que la madera es el material más respetuoso y acorde con el entorno natural, pero en zonas húmedas como esta exige reparaciones constantes. Según las recomendaciones técnicas para este tipo de material, habría que aplicar una capa protectora anual que supondría 30.000 euros. Según explica el concejal, el gobierno baionés no lo hace porque no puede asumir el gasto, pero acaba destinando 3.000 euros al año a la reposición de tablas y vigas.

A punto de licitarse la reforma de otro tramo

Martínez espera poner en marcha la licitación en cuestión de semanas, tras recibir las autorizaciones de Augas de Galicia y de la Dirección Xeral de Patrimonio, y que los trabajos se realicen cuanto antes. La subvención exige que estén terminados antes de que finalice el año.

Mientras se elabora e l proyecto para realizar la misma reforma e el tramo dañado por los temporales, el gobierno municipal busca financiación para sufragarlo. El teniente de alcalde espera conseguir otra ayuda de la Diputación para llevarlo a cabo.

Las intensas lluvias que ahogaron Galicia hace un mes se cebaron en Baiona con los paseos peatonales. En el que recorre el litoral se desestabilizó un tramo de 200 metros, el que corresponde a otra pasarela de madera que discurre junto a la playa de A Ladeira. La marejada y la crecida de un regato se llevaron toneladas de arena, prácticamente toda la que se situaba bajo la estructura y en la que se enterraban los pilotes que la sostienen.

Algunas de las columnas quedaron en el aire y se detectó un leve hundimiento de la pasarela por la parte central. La Consellería de Infraestruturas e Mobilidade se encargó de vallarla por precaución. Tras realizar las correspondientes reparaciones, el tramo reabrió el fin de semana.

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