Vecinos del Camiño Mouriño exigen la reposición del vial

Desde que se amplió la AP-9 conviven con baches y continuas roturas del saneamiento

Un coche transita por el Camiño Mouriño de Chapela, ayer, con el firme en mal estado. // ANTONIO PINACHO

Un coche transita por el Camiño Mouriño de Chapela, ayer, con el firme en mal estado. // ANTONIO PINACHO / aNTONIO pINACHO

Antonio Pinacho

Antonio Pinacho

Los vecinos del Camiño Mouriño de Chapela están hartos de esperar por el arreglo del vial. Cinco años después de inaugurarse la ampliación de la AP-9, en cuyo proyecto se contemplaba la reposición de esta calle del barrio de Cidadelle y la construcción de una acera, todavía no se sabe nada de esta actuación. Y mientras pasa el tiempo, los residentes de la zona tienen que convivir a diario con un firme repleto de baches provocados por las continuas averías de las redes de agua y alcantarillado y, lo que es más grave, con el peligro que supone para los peatones la falta de un lugar por el que caminar protegidos.

Los afectados, que en una semana recogieron más de 200 firmas de apoyo a sus demandas, presentaron a finales del pasado mes de octubre un escrito en el Concello para solicitar el expediente referido a la reposición de las obras afectadas por la ampliación de la autopista con el objetivo de conocer el proyecto, la inversión aprobada y el plazo de ejecución, aunque hasta el momento no han obtenido ninguna respuesta. Además de demandar la renovación de las canalizaciones de aguas de toda la calle y un reasfaltado ante el deterioro que presenta, también piden una serie de pequeñas actuaciones para reforzar la seguridad vial que consideran que se podrían realizar de inmediato como la instalación de señales de limitación de la velocidad a 30 km/h, indicaciones de calle sin salida o la colocación de espejos convexos para facilitar la incorporación en las calles laterales. “Somos conscientes de que la reforma del firme y las redes subterráneas son actuaciones que no se pueden hacer de un día para otro, pero el resto de peticiones solo requieren un mínimo de voluntad para hacerlas realidad. No entendemos cómo ni siquiera nos contestan a la petición de las señales y los espejos siendo cuestiones tan simples”, explica María Jesús González, una de las residentes.

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Una señal limita la velocidad a 50 km/h en el Camino Mouriño. / ANTONIO PINACHO

Otro de los vecinos, Antonio Baceiredo, por cuestiones laborales tiene que acceder a su casa con furgonetas y un coche con remolque. “Circular con un vehículo cargado se hace muy complicado, e incluso peligroso, por el mal estado del firme y porque muchas veces nos encontramos con la calle llena de tierra y grava tras las reparaciones de Aqualia por las continuas averías”, y critica que la única señal de velocidad de la calle sea de 50 km/h, una “velocidad inadecuada para el estado de la calle”, puntualiza.

Ante la indiferencia del gobierno local a sus demandas, los vecinos reclamaron apoyo al PP, que a principios de diciembre se trasladó a la zona para interesarse por los problemas. En el último pleno este grupo político presentó un ruego a la alcaldesa sobre esta cuestión y también reclamaron una convocatoria de la comisión de seguimiento de las obras de la autopista para que se informe a los vecinos y asociaciones sobre la situación en la que se encuentra el proyecto de reposición de viales.

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