La defensa del conductor ebrio de Salceda excusa el choque mortal triple en “causas que se ignoran”

El juicio se celebra el martes | La Fiscalía pide para el acusado 5 años de cárcel, mientras que la acusación particular solicita 9 años

Vehículo en el que viajaba el único acusado por el accidente. |   // A.G.

Vehículo en el que viajaba el único acusado por el accidente. | // A.G. / Judit Bernárdez

A falta de dos meses para cumplirse el segundo aniversario del fallecimiento de María Luisa G.S. y sus hijos de 13 y 6 años en un accidente de tráfico en Salceda, el único acusado por causar el choque mortal, Alfredo L.R., se sentará el próximo martes, día 17, en el banquillo de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra para afrontar una petición de entre 5 y 9 años de prisión por tres delitos de homicidio por imprudencia grave, con el agravante de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas (quintuplicaba la tasa permitida), según los escritos de acusación. La Fiscalía pide para él 5 años de cárcel, mientras que la acusación particular, solicita la pena máxima para este tipo de delitos: 9 años.

Por su parte, la defensa reclama la libre absolución del joven, alegando que el suceso se produjo por una “indisposición momentánea con pérdida de conocimiento” “por causas que se ignoran”.

El Citröen de las tres víctimas mortales se cruzó con el Megane del acusado minutos antes de las 22 horas del 19 de marzo de 2021, en la PO-510, a su paso por Salceda. El primero iba en dirección Salvaterra y el segundo en sentido Porriño. “El acusado, como consecuencia de su estado de intoxicación alcohólica y prescindiendo de toda precaución, condujo su vehículo a una velocidad excesiva e inadecuada para su estado y la vía, alcanzando al menos una velocidad de 128 km/h, y lo hizo además de forma absolutamente desatenta”, explica el Ministerio Fiscal, indicando que, “al llegar a una ligera curva”, el Megane mantuvo una trayectoria recta y, aunque el vehículo que conducía María Luisa intentó esquivarlo, no pudo hacer nada por evitar el choque.

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Anxo Gutiérrez

La madre y sus dos hijos menores de edad fallecieron en el acto, a pesar de llevar puesto el cinturón de seguridad y viajar el más pequeño en una silla homologada de retención infantil. Una fractura occitoaltoidea; sendas fracturas de la base del cráneo, de ambas coxales y fémur derecho; y un traumatismo toraceoabdominal, shock traumático e hipovolemia les ocasionaron la muerte.

Por su parte, el presunto causante del accidente, sobrevivió y fue trasladado de gravedad a un centro médico, donde se le tomaron muestras de alcohol en sangre, arrojando un resultado de 2,49 gramos por litro de sangre; es decir, cinco veces más de lo permitido. A pesar de esta circunstancia, el escrito de la defensa pide su libre absolución porque “por causas que se ignoran y que no resultan acreditadas, sufre una indisposición momentánea con pérdida de conocimiento y, sin posibilidad de maniobrar el vehículo, se produce una colisión con el vehículo” conducido por María Luisa.

“El acusado presentaba, antes de iniciar la conducción, evidentes síntomas de una intoxicación alcohólica notoria: hablando solo y balbuceando, con dificultades para mantener el equilibrio, incapaz de mantener la verticalidad, llegando a caerse de una silla al suelo, y tropezar sin motivo aparente y caerse al suelo, quedándose tumbado un rato hasta que consiguió levantarse”, relata el escrito de la Fiscalía, al igual que el escrito de la acusación particular, que reconstruye el itinerario del joven aquella tarde del 19 de marzo, en la que consumió bebidas alcohólicas en dos bares de Salceda y uno de Salvaterra.

Según los testimonios de estos bares, “era patente para todos, incluso para él mismo, que no podía manejar un vehículo a motor”. De hecho, según estos testigos, solicitó tanto a clientes como a la camarera del último bar al que fue, si conocían a alguien que fuese para Salceda a fin de que lo trasladase. Finalmente, se sentó al volante de su propio vehículo con tan fatal desenlace.