Medio siglo de colegio Humberto Juanes

Generaciones de nigraneses han pasado por sus aulas desde el curso escolar 1973/1974. Hasta 1.200 niños llegaron a convivir en el colegio Humberto Juanes, que alcanza el medio siglo y lo celebra con un programa de actos que arrancó ayer con un encuentro de alumnos y profesores de ayer y hoy en el auditorio municipal, al que acudieron también recordados integrantes de la comunidad escolar como los vecinos que regentaban los antiguos quioscos de venta de bocadillos y chucherías, los conserjes, representantes de la asociación de padres y hasta conductores de autobuses.

A las intervenciones de autoridades como el jefe territorial de la Consellería de Educación en Pontevedra, César Pérez Ares; del alcalde, Juan González; o de la directora del centro, Cristina Fernández Piñeiro; se sumó una ponencia del catedrático Antón Costa Rico sobre la evolución del magisterio y otra acerca las nuevas tecnologías a cargo de la empresa Marine Instruments. El momento más emotivo del acto llegó con la proyección del vídeo elaborado por la fotógrafa nigranesa Ani Pérez para la ocasión, con fotografías antiguas y testimonios de muchos de los invitados en torno a la historia y anécdotas alrededor del cole. Maestras que ya fueron alumnas exponen sus recuerdos o la primera estudiante que logró el graduado escolar en el centro intervienen en el trabajo audiovisual, igual alguno de los docentes que inauguraron las instalaciones o sus directores , chóferes que hacían ocho viajes al día y se sabían prácticamente los nombres de todo el alumnado o incluso la pareja que regentaba la papelería próxima en la que compraban prácticamente el 100% de los escolares.

Fue en marzo de 1972 cuando se empezó a construir el centro, inaugurado en el curso siguiente como colegio de Vilameán. Cerraban las escuelas unitarias del municipio y todos sus alumnos se trasladaban allí. Llegaron a habilitarse aulas anexas con aglomerados para acogerlos a todos. Su primer director, Humberto Juanes, ejerció el cargo hasta 1997 y falleció poco después. Dejó huella y la comunidad escolar decidió dar su nombre al colegio.

A su alrededor se forjaron clubes deportivos como el Balonmano Nigrán que traía la emoción cada fin de semana a la pista, o el Bádminton Nigrán, que llegó a disputar competiciones nacionales. Su interacción con el entorno social siempre ha sido intensa. Es el gran parque público del centro urbano, dado que su patio permanece abierto los fines de semana para los pequeños que deseen llevar allí sus juegos.

Hoy son muchos menos los matriculados, en torno a 400, y el compromiso social del centro sigue muy vivo. Alberga actividades como gimnasia acrobática y patinaje o el banco de alimentos municipal y dispone de una cocina recién remodelada con la intención de elaborar allí los menús para todos los centros educativos nigraneses cuando la Xunta lo autorice.