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A Feixa ruge con fuerza

La cascada del río Alvedosa ofrece una impresionante estampa con la crecida tras las últimas lluvias | Decenas de personas visitan a diario este paraje natural de Reboreda

A Feixa ruge en todo su esplendor

Una persona observa la cascada redondelana de A Feixa, ayer, en la parroquia de Reboreda. A.P.

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Una persona observa la cascada redondelana de A Feixa, ayer, en la parroquia de Reboreda. Antonio Pinacho

Pocos lugares de Redondela ofrecen un espectáculo natural como el que se puede contemplar en estos días en la fervenza de A Feixa. Las persistentes lluvias de los últimos días han elevado el caudal del río Alvedosa transformando este lugar tranquilo y apacible durante casi todo el año para mostrar ahora su lado más salvaje, con un fuerte rugido que domina el entorno durante las 24 horas.

La fuerza del agua ofrece una impresionante estampa que atrae cada jornada a decenas de personas para contemplar este llamativo paraje natural. El acceso a la zona se puede hacer tanto desde la base del viaducto del AVE de Reboreda, donde arranca un camino de 300 metros señalizado por el lateral del río, o también desde la terraza del Muiño Vello, situado en el otro extremo de la senda, a escasos metros de la zona alta de la cascada, a la que se llega tras cruzar un pequeño puente.

Señal de precaución en la fervenza. A.P.

La zona era un lugar prácticamente inaccesible hasta hace ocho años, cuando el Concello de Redondela construyó el sendero fluvial hasta el salto para incluir este paraje natural entre los puntos de interés turísticos del municipio. Desde entonces, sobre todo durante la temporada de lluvias del otoño e invierno, se ha convertido en una de las zonas más concurridas por el enorme espectáculo que ofrece la fuerza del agua en el salto rocoso de cinco metros de altura.

Una pasarela con escaleras de madera permite disfrutar de la cascada, tanto desde la base como desde la zona superior, pasando junto a unos antiguos molinos de agua situados en uno de los laterales del salto. El lugar también ofrece carteles en los que se explican las características de la fauna y flora del lugar.

Otro de los alicientes de este espacio son los molinos de las inmediaciones transformados en establecimientos de hostelería en los que disfrutar de unas tapas y unas cervezas entre amigos.

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