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O Rosal resucita el oficio de los “cabaqueiros”

Siete antiguos “telleiros” realizan una demostración de un trabajo artesanal que fue el sustento de muchas familias de la villa

Arriba, los cabaqueiros realizan una exhibición de su oficio en la Plaza do Calvario. Abajo, Feria de Productos de O Rosal. | // D.P. / SANTIAGO BAZ

El 12 de octubre es, desde hace décadas, una fecha señalada en el calendario de los vecinos y vecinas de O Rosal. Además de ser festivo nacional, el Día del Pilar marcaba el reencuentro de los “cabaqueiros” con sus familias, tras meses de duro trabajo fuera de casa fabricando tejas y ladrillos de manera artesanal. Un oficio ya desaparecido por la industrialización que fue el sustento de muchas familias de O Rosal, y que cada año el Concello recuerda con una demostración en la Plaza do Calvario. Durante tres décadas esta exhibición se celebró bajo el nombre de Romería del Cabaqueiro, pero este año el Concello ha enmarcado el acto dentro de la programación de la Fiesta del Otoño.

O Rosal resucita el oficio de los “cabaqueiros”

Pepe Buraco, Praxíteles, Esteban Paco, Alfredo, Dino y Juan fueron los siete cabaqueiros que ayer desenterraron este oficio. No son los únicos “telleiros” que quedan en O Rosal, pero pocos más habrá, y todos con una media de edad de 80 años. Pepe Buraco es el que mantiene viva esta tradición cada 12 de octubre, pues es el que se encarga de amasar el barro y prepararlo todo con dos semanas de antelación. Pese a la dureza de este oficio que realizó durante 13 años, entre 1955 y 1968, no le guarda rencor.

"Empezabas a trabajar a las seis de la mañana hasta las diez de la noche y tenías que pasar largas temporadas fuera de casa", recuerda uno de los cabaqueiros

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“Era el único medio de vida que teníamos y yo me siento muy feliz porque mi madre se quedó viuda cuando yo tenía 14 años y yo, que era el mayor de 4 hermanos, pude sacarlos adelante gracias a ir a las telleiras para ganar dinero”, recuerda Pepe, apuntando que “hay gente que lo odia porque era un trabajo muy duro, empezabas a trabajar a las seis de la mañana hasta las diez de la noche y tenías que pasar largas temporadas fuera de casa viviendo en unas condiciones precarias”.

De por qué O Rosal era cantera de cabaqueiros, Pepe Buraco dice que “unos vecinos iban llevando a otros”. Aunque aclara que, más que de O Rosal, los telleiros eran de las parroquias rosaleiras de Santa Mariña y San Lorenzo, aunque también había cabaqueiros en otros puntos del Baixo Miño como Oia y Tomiño. En su caso, siempre desempeñó este oficio dentro de Galicia, no como otros que tuvieron que salir a otros puntos de España, siendo habitual Castilla y León.

El oficio del cabaqueiro, heredado de los romanos, forma parte de la identidad de los rosaleiros, por eso el Concello ha enmarcado su celebración dentro de las Jornadas de Patrimonio, que ha tenido como pregonera a la ceramista Susana González Amado.

Feria de Productos

Dichas Jornadas de Patrimonio se incluyen en la programación de la Fiesta del Otoño, que, como novedad, ayer inauguró la primera Feria de Productos de O Rosal, con gran éxito de participación. Vino, jamón, chorizos, productos de la huerta, mirabeles, miel, velas y zumos de productores de O Rosal ocuparon los puestos de la feria con la intención de servir de plataforma para vender sus productos, establecer contactos y crear sinergias.

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